- Pedro CantúAdmin
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Juan Regalado.
Miér 16 Ene 2008, 7:18 pm
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Después de la revolución surgieron muchas leyendas como esta. Nos dijo el señor José Tapia que en paz descanse; este hombre era de baja estatura, muy tranquilo y vivía en unos de los barrios más viejos de esta población, el nos contó que un día, como era su costumbre yendo por los cerros del tecajete y el campanario y que se encuentran rumbo al camino que lleva al pueblo de San Pedro Benito Juárez, se le apareció un hombre el cual le dijo soy JUAN REGALADO, tengo un gran tesoro enterrado que consiste en barriles de oro y también un crucifijo de oro, que mide una vara de alto (8.35) siguió hablando el personaje, ese crucifijo su destino era ROMA pero yo lo robe y lo tengo junto con el tesoro que quiero entregarte, pero tienes que venir a las doce de la noche, tu solo y en esa cueva que ves, te daré todo y así podré descansar en paz , pues no descansare hasta que lo entregue, y desapareció así como había aparecido (debemos aclarar que Juan regalado fue un bandido) desconcertado y lleno de temor don José solo atino a dejar una señal en el lugar y dejo su cotón, cuando llego a su casa , contó lo que le había pasado pero nadie le dio importancia ni le creyeron, al día siguiente se hizo acompañar de una persona y se dirigieron al lugar y mientras caminaban le contaba lo que el día anterior le había pasado, juntos se llegaron hasta el sitio, pero con sorpresa vio que su cotón, no estaba en el lugar que lo había dejado, más se atrevió a buscar y solo vio una gran roca y sobre la roca un cabresto tirado se retiraron siempre comentando el asunto. Don José nunca asistió a la cita que Juan regalado le hizo.
Paso el tiempo alguien supo de ese tesoro y trato de sacarlo y se dice que se pusieron de acuerdo unos jóvenes, y una tarde buscaron el lugar y lograron localizarlo y ya en la cueva lograron rascar, como un metro, porque se encontraron con una gran roca, y al tratar de quitarla se escucho un ruido espantoso, como si corrieran muchos caballos, y la roca se hundió como medio metro y llenos de pavor corrieron como nunca entre árboles y matorrales bajaron toda la ladera tan rápido como sus piernas se los permitían y nunca nadie volvió a intentar sacar ese tesoro, por lo que Juan regalado sigue resguardando su gran riqueza, allá en entre los cerros.
Profra. Magdalena Rangel Oaxaca.
http://www.tochimilco.gob.mx/turismo/juan.htm
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Después de la revolución surgieron muchas leyendas como esta. Nos dijo el señor José Tapia que en paz descanse; este hombre era de baja estatura, muy tranquilo y vivía en unos de los barrios más viejos de esta población, el nos contó que un día, como era su costumbre yendo por los cerros del tecajete y el campanario y que se encuentran rumbo al camino que lleva al pueblo de San Pedro Benito Juárez, se le apareció un hombre el cual le dijo soy JUAN REGALADO, tengo un gran tesoro enterrado que consiste en barriles de oro y también un crucifijo de oro, que mide una vara de alto (8.35) siguió hablando el personaje, ese crucifijo su destino era ROMA pero yo lo robe y lo tengo junto con el tesoro que quiero entregarte, pero tienes que venir a las doce de la noche, tu solo y en esa cueva que ves, te daré todo y así podré descansar en paz , pues no descansare hasta que lo entregue, y desapareció así como había aparecido (debemos aclarar que Juan regalado fue un bandido) desconcertado y lleno de temor don José solo atino a dejar una señal en el lugar y dejo su cotón, cuando llego a su casa , contó lo que le había pasado pero nadie le dio importancia ni le creyeron, al día siguiente se hizo acompañar de una persona y se dirigieron al lugar y mientras caminaban le contaba lo que el día anterior le había pasado, juntos se llegaron hasta el sitio, pero con sorpresa vio que su cotón, no estaba en el lugar que lo había dejado, más se atrevió a buscar y solo vio una gran roca y sobre la roca un cabresto tirado se retiraron siempre comentando el asunto. Don José nunca asistió a la cita que Juan regalado le hizo.
Paso el tiempo alguien supo de ese tesoro y trato de sacarlo y se dice que se pusieron de acuerdo unos jóvenes, y una tarde buscaron el lugar y lograron localizarlo y ya en la cueva lograron rascar, como un metro, porque se encontraron con una gran roca, y al tratar de quitarla se escucho un ruido espantoso, como si corrieran muchos caballos, y la roca se hundió como medio metro y llenos de pavor corrieron como nunca entre árboles y matorrales bajaron toda la ladera tan rápido como sus piernas se los permitían y nunca nadie volvió a intentar sacar ese tesoro, por lo que Juan regalado sigue resguardando su gran riqueza, allá en entre los cerros.
Profra. Magdalena Rangel Oaxaca.
http://www.tochimilco.gob.mx/turismo/juan.htm
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