Hallazgos Fúnebres

Hola a todos los del foro, una más.

Hallazgos Fúnebres





El centro histórico de Guadalajara se encuentra plagado de innumerables fincas antiguas que fueron erigidas en diversas facetas de la historia tapatía. Casonas con aires señoriales, compuestas de zaguanes, grandes patios, habitaciones con techos de vigas de roble, enormes puertas y ventanas que evocan el turbulento siglo XIX, caracterizado por las constantes guerras civiles. El afrancesamiento porfiriano se aprecia aún en sus fachadas cuyos balcones, ventanas y vitrales, de estilo art nouveau, añoran tiempos pasados. Casas viejas inspiradoras de leyendas, lugares abandonados que cobran vida cuando alguien evoca un recuerdo de la infancia o escudriña libros añejos.





Al paso del tiempo moradores de antiguas casonas han realizado hallazgos sorprendentes, que probablemente proporcionaron temas de conversación a la sociedad, al grado que fueron plasmados en textos o notas periodísticas, como el caso de la desaparecida finca de los Gordoa, ubicada en la calle Juan Manuel casi esquina con Alcalde – donde se construyeron “hermosas” tiendas comerciales-; según el periódico Juan Panadero, el vulgo contaba historias fantásticas en torno a dicha finca, de la cual afirmaban que por las noches escuchaban sonidos misteriosos, que aparecidos vagaban con descaro por sus pasillos a plena luz del día atemorizando a los transeúntes, y que en sus interiores se encontraba una inmensa fortuna en oro y plata, hecho que acarreó a ladrones y curiosos en busca de semejante tesoro. Según Juan Panadero el inmueble duró en el abandono por muchos años, en 1889 tuvo nuevos propietarios quienes emprendieron su reedificación. Al derribar un muro en una de las habitaciones los trabajadores encontraron dos momias “bien conservadas”. Aparentemente el muro fue construido especialmente para emparedar a una la pareja de infortunados. ¡Venganza!, tal vez, las autoridades no ofrecieron respuestas a semejante hecho. Este caso no fue el único. En una crónica del Correo de Jalisco del año de 1897 describe el descubrimiento de un esqueleto en un muro, lo parece indicar que la práctica del emparedamiento fue un tanto común en la Guadalajara de antaño.

Saludos.

Publicado por Carlos Loza en 09:51
http://historiascarlitos.blogspot.co...-funebres.html

estimado compañero jose alcaraz; buena historia, sin duda que tambien en esa cazona de emparedados hubo algun tesoro escondido. gracias por compartirla.

muy buena historia jose, y algo que indique que realmente habia un tesoro ahi???

Una vez leí una historia en una revista (No recuerdo si Sonora Mágica) que se las platico a modo resumido ya que tengo una memoria de Chorlito (pajarito muy pequeño)conste que dije memoria .

Sucedió en Ures Sonora:

Uno de los ricos del pueblo tenía a su hijo mayor estudiando sacerdocio en una ciudad lejana a la cual partió muy jóven. Cuando regresó ya hecho todo un sacerdote encontró a su hermana menor ya hecha una señorita, y para cuando yo lo mencione ya ustedes se habrán imaginado que pasó; se enamoraron.

Un día de fiesta en el pueblo los padres se fueron a divertir, ambos jóvenes se quedaron en casa y hubo cuchi cuchi . La muchacha quedó embarazada cosa que obviamente con el tiempo fue notorio.

El padre muy ofendido y para que el pueblo no se enterara envío a su hijo al sur del país y disque mandó de viaje a su hija también. El señor se retiró a vivir a su hacienda cercana al poblado de Ures.

Con el tiempo estalló la revolución la cuál tuvo tamibén sus repercusiones acá en Sonora.
Pues una de las batallas se libró en esa hacienda perteneciente a los personajes de los que estamos contando.
En el transcurso de la batalla los cañonazos derribaron unos de los muros de la hacienda de los cuales quedaron al descubierto una calavera que estaba ahí emparedada.
Uno de los jefes militares mandó a un soldado que fuera por el padre que acompañaba al batallón para que viera la escena e hiciera lo que le correspondiera.

Al llegar el sacerdote y al ver aquel cuadro, cayó de rodillas y en llanto pues inmediatamente supo que era el esqueleto de su hermana que en su vientre llevaba la pequeña osamenta del hijo que habían enjendrado.

Muy escueto el relato por que lo recuerdo muy vagamente. Es más, creo que ya lo había contado en otro post . Tengo unas pastillas muy buenas para la memoria que no me acuerdo como se llaman, no me han hecho efecto poque se me olvida tomármelas y no me acuerdo donde las dejé. Los dejo porque a lo mejor puse agua para el café y se me ha de estar tirando . Se me olvida que se me olvidan las cosas

ORALE!!!!!!! ESTA CAÑON ESA HISTORIA,,,,,,,YA NI PEX, A HACER MAS NIÑOS JAJAJAJA...