la Breña, el corral de Majoma.
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Pedro Cantú
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- Pedro CantúAdmin
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Frase Célebre : -Si las cosas fueran fáciles, hasta yo las haría.
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la Breña, el corral de Majoma.
Jue 10 Ene 2008, 8:43 am
Durante el periodo virreynal las riquezas se concentraban en una clase social adinerada
que la constituían mineros, comerciantes y hacendados. Los medios para
transportar sus valores eran mulas y carretas por caminos de herradura
inseguros, la pobreza rondaba por todas partes era desconsolador el panorama lo
cual propicio el bandolerismo como medio de subsistencia. El gobierno virreynal
hizo enormes esfuerzos por combatir los robos y asaltos a conductas y
diligencias, circunstancias que dio lugar al ocultamiento de tesoros en cuevas
y lugares diversos.
“EL TESORO DE MAJOMA”
El objeto de esta búsqueda se encuentra en un lugar que lo denominan la
“breña” donde hay 22 volcanes, cuyo cráter se reconoce por su forma solo he
dado este nombre de volcanes a las concavidades que se encuentran en puntos
elevados, también es digna por la gran cantidad de cavernas de rudos peñascales
escarpados y abruptos con una vegetación densa haciéndola difícil e intransitable.
http://mx.geocities.com/tesoro_de_majoma/index.htm
Región de la Breña, ubicada en los municipios de Nombre de Dios y Poanas, del Estado de Durango, México.
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En esta página se mencionan 3 derroteros,
Se mencionan por separado para facilitar la discusión de cada uno.
Saludos.
que la constituían mineros, comerciantes y hacendados. Los medios para
transportar sus valores eran mulas y carretas por caminos de herradura
inseguros, la pobreza rondaba por todas partes era desconsolador el panorama lo
cual propicio el bandolerismo como medio de subsistencia. El gobierno virreynal
hizo enormes esfuerzos por combatir los robos y asaltos a conductas y
diligencias, circunstancias que dio lugar al ocultamiento de tesoros en cuevas
y lugares diversos.
“EL TESORO DE MAJOMA”
El objeto de esta búsqueda se encuentra en un lugar que lo denominan la
“breña” donde hay 22 volcanes, cuyo cráter se reconoce por su forma solo he
dado este nombre de volcanes a las concavidades que se encuentran en puntos
elevados, también es digna por la gran cantidad de cavernas de rudos peñascales
escarpados y abruptos con una vegetación densa haciéndola difícil e intransitable.
http://mx.geocities.com/tesoro_de_majoma/index.htm
Región de la Breña, ubicada en los municipios de Nombre de Dios y Poanas, del Estado de Durango, México.
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Se mencionan por separado para facilitar la discusión de cada uno.
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Frase Célebre : -Si las cosas fueran fáciles, hasta yo las haría.
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Derrotero I
Jue 10 Ene 2008, 8:49 am
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Derrotero del Corral de Majoma en la Región de la Breña.
José María Castrellón, capitán de bandidos que robábamos por dos caminos en medio, el de porfías y el de la hada. De la punta de los padres, el segundo capitán José María Gamboa, encargado de porfías, porque éramos dos partidas, una partida robaba por porfías y otra robaba por la punta, todos éramos 82 bandidos, unos eran de Guadalajara y otros del pueblo Guachinango, otros de Guchipila, nosotros robábamos las conductas que venían de San Dimas y Gavilanes, que iban para México, custodiadas por soldados españoles, y todos estos cargamentos que les quitamos los enterramos en el Corral de Majoma, entre la breña hay un punto que se nombra la lajita, que todo mundo conoce, ve con cuidado, porque son dos lajitas, que eran por donde entrábamos con los atajos de mulas, entrarás por la primera lajita entrando de poniente a oriente porque te advierto que son dos lajitas con el mismo nombre a poco andar encontrarás a la izquierda una tinajita de agua y mas adelante encontrarás otras dos tinajitas, a la segunda lajita encontrarás unas crucitas que tal vez ya no existan de unos arrieros que mataron.
Detalle de la Breña (piedra volcánica) limitando con tierras de cultivo.
Allí al llegar a la unidad de las dos lajitas las pasarás con la vista al cerro de san diego, caminarás rumbo al norte, y encontrarás baluartes de piedra que pusimos allí, como señas, para entrar con los atajos de mulas, cuando llegues al último de los baluartes, te paras, y siguiendo el camino rumbo al norte, distancia encontrarás el Corral de Majoma, aunque te advierto que existen dos corrales con el mismo nombre, el corral grande y el corral chico, encontrarás una abra atravesada cerca del cerro de san diego, allí hallarás a manera de puente, fue el ultimo robo que hicimos, quitamos la conducta y matamos a 62 soldados que venían custodiando la conducta los echamos entre el abra, los tapamos con nopales y ramas, para que sirvieran de puente y pasar por allí con las mulas, en el corral grande encontrarás el contenido de 10 atajos de 40 mulas, siendo puras barras de plata, eso lo hicimos por que ya nos perseguían mucho, las mulas se murieron de sed y hambre.
El corral de Majoma, adentro te pararás en el con la vista al cerro de san diego, destápalo y encontrarás el contenido de los diez atajos, de cuarenta mulas de puras barras de plata en el corral chico un tesoro de puro oro, era un atajo de 40 mulas pintas herradas con herraduras de plata, esto lo hicimos para que extinguiera porque era un tributo para la Reina Isabel, y un símbolo dos santos de puro oro, hay otro dinero que está en el corral del trigo y otro en las conejeras, este documento o pergamino está copiado de un manuscrito muy antiguo está de muchos años atrás cuando los españoles reinaron en México.
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Derrotero del Corral de Majoma en la Región de la Breña.
José María Castrellón, capitán de bandidos que robábamos por dos caminos en medio, el de porfías y el de la hada. De la punta de los padres, el segundo capitán José María Gamboa, encargado de porfías, porque éramos dos partidas, una partida robaba por porfías y otra robaba por la punta, todos éramos 82 bandidos, unos eran de Guadalajara y otros del pueblo Guachinango, otros de Guchipila, nosotros robábamos las conductas que venían de San Dimas y Gavilanes, que iban para México, custodiadas por soldados españoles, y todos estos cargamentos que les quitamos los enterramos en el Corral de Majoma, entre la breña hay un punto que se nombra la lajita, que todo mundo conoce, ve con cuidado, porque son dos lajitas, que eran por donde entrábamos con los atajos de mulas, entrarás por la primera lajita entrando de poniente a oriente porque te advierto que son dos lajitas con el mismo nombre a poco andar encontrarás a la izquierda una tinajita de agua y mas adelante encontrarás otras dos tinajitas, a la segunda lajita encontrarás unas crucitas que tal vez ya no existan de unos arrieros que mataron.
Detalle de la Breña (piedra volcánica) limitando con tierras de cultivo.
Allí al llegar a la unidad de las dos lajitas las pasarás con la vista al cerro de san diego, caminarás rumbo al norte, y encontrarás baluartes de piedra que pusimos allí, como señas, para entrar con los atajos de mulas, cuando llegues al último de los baluartes, te paras, y siguiendo el camino rumbo al norte, distancia encontrarás el Corral de Majoma, aunque te advierto que existen dos corrales con el mismo nombre, el corral grande y el corral chico, encontrarás una abra atravesada cerca del cerro de san diego, allí hallarás a manera de puente, fue el ultimo robo que hicimos, quitamos la conducta y matamos a 62 soldados que venían custodiando la conducta los echamos entre el abra, los tapamos con nopales y ramas, para que sirvieran de puente y pasar por allí con las mulas, en el corral grande encontrarás el contenido de 10 atajos de 40 mulas, siendo puras barras de plata, eso lo hicimos por que ya nos perseguían mucho, las mulas se murieron de sed y hambre.
El corral de Majoma, adentro te pararás en el con la vista al cerro de san diego, destápalo y encontrarás el contenido de los diez atajos, de cuarenta mulas de puras barras de plata en el corral chico un tesoro de puro oro, era un atajo de 40 mulas pintas herradas con herraduras de plata, esto lo hicimos para que extinguiera porque era un tributo para la Reina Isabel, y un símbolo dos santos de puro oro, hay otro dinero que está en el corral del trigo y otro en las conejeras, este documento o pergamino está copiado de un manuscrito muy antiguo está de muchos años atrás cuando los españoles reinaron en México.
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Derrotero II
Jue 10 Ene 2008, 8:53 am
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Derrotero Único en la Región Montañosa del Estado de Durango.
Dejo yo, Francisco Iberio capitán de bandidos: que capitaneé desde el año de 1802 hasta 1829, digo yo, que llegando al cerro de los metates, busca una puerta, que está al frente, con dirección a la hacienda del ojo, y tiene de retirado del cerro a la puerta, 415 pasos, y tiene la entrada con un resbaladero en el cerro, ese cerro es un punto muy conocido para todos pues bien, ese camino tenía yo para entrar con los atajos que quité, en ese camino de Belmontes, y ese camino era de los que yo cuidaba, y el camino que entraba por la puerta grande, corría ancho y despedrado que cuidaba yo también, y pasando por el corral de la palmita, que tiene la puerta con dirección a porfías que ahora es, allí, sepultamos a 300 soldados españoles, y a los arrieros también, pues bien esos dos caminos que yo cuidaba, los quería el compañero Castrellón, porque el se estaba dando cuenta de los atajos que yo quitaba, y para que no hubiera diferencia entre Castrellón y yo; entonces los rifábamos, y siempre me tocaron a mí. Pues bien, entrando por el camino que antes te digo, y andando como dos leguas y media, sobre ese camino está un baluarte, andando en medio de los dos caminos.
Allí forma una planadita, pues bien, te paras donde está el baluarte con vista al norte, y busca con la vista un baluartes cuenta 400 pasos, siempre en dirección al norte, y donde te den los 400 pasos allí está el corral, está en medio de las mesas, de la puerta del corral están vista al norte la bajada de la puerta está como un
resbaladero, y para llegar abajo de la puerta está alto, estando ya adentro, busca a mano izquierda una cueva que está tapada con una loza colorada, destápala y allí encontrarás un gran tesoro, que no te acabarás en toda tu vida, por que te advierto que son puras barras y planchas que están allí, son en plata, mas 35 cajas con oro, pero te advierto que el dinero que está enterrado al lado izquierdo, y el oro no está sellado, y hay un santo cristo que está encima donde están atrincheradas las planchas y sacando ese tesoro me mandas decir una misa a mi nombre, cuando nos fuimos de la breña con rumbo al sur, el compañero Castrellón y yo íbamos a nuestra tierra pues el era de Aguascalientes y yo de San Luis Potosí cuando llegué a mi casa me encontré que había muerto mi familia, y al año me casé de nuevo y a los dos años me enfermé,
conociendo que ya no me levantaba de la cama, le mandé hablar a mi compadre Fermín Zaragoza para dejarle el derrotero junto con el plano.
Sacado de su original el 17 de septiembre del año de 1839.
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Derrotero Único en la Región Montañosa del Estado de Durango.
Dejo yo, Francisco Iberio capitán de bandidos: que capitaneé desde el año de 1802 hasta 1829, digo yo, que llegando al cerro de los metates, busca una puerta, que está al frente, con dirección a la hacienda del ojo, y tiene de retirado del cerro a la puerta, 415 pasos, y tiene la entrada con un resbaladero en el cerro, ese cerro es un punto muy conocido para todos pues bien, ese camino tenía yo para entrar con los atajos que quité, en ese camino de Belmontes, y ese camino era de los que yo cuidaba, y el camino que entraba por la puerta grande, corría ancho y despedrado que cuidaba yo también, y pasando por el corral de la palmita, que tiene la puerta con dirección a porfías que ahora es, allí, sepultamos a 300 soldados españoles, y a los arrieros también, pues bien esos dos caminos que yo cuidaba, los quería el compañero Castrellón, porque el se estaba dando cuenta de los atajos que yo quitaba, y para que no hubiera diferencia entre Castrellón y yo; entonces los rifábamos, y siempre me tocaron a mí. Pues bien, entrando por el camino que antes te digo, y andando como dos leguas y media, sobre ese camino está un baluarte, andando en medio de los dos caminos.
Allí forma una planadita, pues bien, te paras donde está el baluarte con vista al norte, y busca con la vista un baluartes cuenta 400 pasos, siempre en dirección al norte, y donde te den los 400 pasos allí está el corral, está en medio de las mesas, de la puerta del corral están vista al norte la bajada de la puerta está como un
resbaladero, y para llegar abajo de la puerta está alto, estando ya adentro, busca a mano izquierda una cueva que está tapada con una loza colorada, destápala y allí encontrarás un gran tesoro, que no te acabarás en toda tu vida, por que te advierto que son puras barras y planchas que están allí, son en plata, mas 35 cajas con oro, pero te advierto que el dinero que está enterrado al lado izquierdo, y el oro no está sellado, y hay un santo cristo que está encima donde están atrincheradas las planchas y sacando ese tesoro me mandas decir una misa a mi nombre, cuando nos fuimos de la breña con rumbo al sur, el compañero Castrellón y yo íbamos a nuestra tierra pues el era de Aguascalientes y yo de San Luis Potosí cuando llegué a mi casa me encontré que había muerto mi familia, y al año me casé de nuevo y a los dos años me enfermé,
conociendo que ya no me levantaba de la cama, le mandé hablar a mi compadre Fermín Zaragoza para dejarle el derrotero junto con el plano.
Sacado de su original el 17 de septiembre del año de 1839.
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Derrotero III
Jue 10 Ene 2008, 9:06 am
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Derrotero del Corral de Majoma en la región de La Breña.
Mes de octubre del año de de 1727, en una tarde lluviosa y bastante fría. Yo, Nicolás Castillo, capitán de una cuadrilla de bandoleros, fui hecho comandante por José Ramírez, indio zacatecano por cierto muy valiente, que resultó herido de gravedad en un asalto que efectuamos en las cercanías de la hacienda de Juana Guerra, a un tren de carretas cargadas de mercancías, que iba con destino a Durango.
Restos de la hacienda de Juana Guerra, en Amado Nervo, mpo. Nombre de Dios.
Al sentir la proximidad de la muerte, Ramírez me mandó llamar. En esos momentos me encontraba atendiendo los caballos. Me presenté, y delante de todos me dejó en el mando, regalándome su caballo, un magnífico animal tordillo melado de finos remos y bonita estampa, el cual había robado en la hacienda del chorro, propiedad del Marqués de Torre Campo.
En esa desapacible tarde, refugiado en una cueva situada en lo mas intrincado de la breña, y acompañado de mis hombres, que sentados alrededor de una fogata mataban el tiempo contando cuentos y fumando sus cigarros de hoja, esperaba de un momento a otro el aviso del vigía, de la llegada de juan castro, criollo natural de la hacienda de santa catalina del álamo, de la cual era el amo el conde del álamo.
La zona de color negro es la Breña propiamente dicha, lavas basálticas (piedra volcánica) abrupta y áspera.
Había mandado llamar a castro por medio de un galgo, con toda su gente, para que lo más pronto posible se reunieran con nosotros, a fin de planear el asalto a una conducta de ocho atajos de mulas que iban a salir de Durango rumbo a México, cargadas con barras de plata y posiblemente de oro. Esto según el aviso que no había hecho llegar uno de los nuestros, pues teníamos de dos a tres espías en todos los mesones.
En lo más alto de un risco cercano, el vigilante, entumido y bastante mojado su grueso jorongo, renegaba de la mala suerte que le había deparado tan molesta e incómoda guardia, ya que ni el consuelo tenía de fumarse un cigarro, por tener húmeda la yesca. Miraba ansioso las cercanías tratando de divisar la llegada del criollo castro y su gente, o bien, la proximidad de extraños, para dar aviso a la gente que abajo descansaba.
Por fin, ya casi al oscurecer, el vigía nos avisó de la llegada de Juan Castro, quien para identificarse, desde un determinado lugar debía de adelantarse a sus hombres y enarbolar su tercerola con un trapo amarrado en el cañón, según el santo y seña convenidos.
Reunida ambas gavillas, después de los saludos de rigor y de saborear unos tragos del buen mezcal que castro traía de los tinacales de nombre de dios, se atizó el fuego para preparar nuestra cena, y para que los recién llegados pusieran a secar sus ropas. Mientras los improvisados cocineros daban fin a su tarea, castro y yo nos dirigimos al lugar donde teníamos los caballos, para ordenar que se les alimentara en abundancia, ya que saldríamos en la madrugada.
En el transcurso de la cena, devorábamos un costillar de res, que se doraba lentamente, despidiendo un aroma muy agradable y con mejor sabor, pues esa carne que castro había traído envuelta en una manta hambreada, la preparamos con sal y la pusimos al fuego en unas horquetas. A nosotros se nos había terminado la existencia desde varios días, pero la carne no era problema, ya que en el monte había bastantes cabezas de ganado, propiedad de los hacendados y disponíamos de ellas para nuestra alimentación; claro sin permiso de los dueños.
Estuvimos discutiendo sobre el lugar mas apropiado para el asalto. Estuvimos de acuerdo todos, y optamos por efectuarlo en la subida conocida como la lajita, situada en el camino real de Durango a México, entre la hacienda del ojo, propiedad de los yandiola, y el puerto del conejo, lugar muy adecuado para estos menesteres.
Entrada a la hacienda el Ojo del Milagro de Sancho Ximénez.
Y este es el Ojo del Milagro, un ojo de agua que salvó a los fundadores de morir en el desierto.
Una vez terminada la cena, y escogido el terreno para dar el golpe, ordené el relevo de los vigilantes y cada uno vino y escogió su lugar dentro de la cueva, donde harían el intento de dormir envueltos en sus frazadas, ya que la atención que antecede a un combate, casi siempre le impide a uno conciliar el sueño.
Poco antes de que el lucero se asomara en el cielo, y después de tomar unos hirvientes tragos de yerbanís para mitigar el frío, partimos rumbo a la lajita para emboscarnos y esperar la llegada de la conducta de mulas, que tarde o temprano aparecería en el sitio, por ser el único camino. Aún oscura la mañana, distribuí la gente, unos emboscados entre los árboles, y otra parte los mandé a proteger ambos extremos del camino.
El resto, esperamos al pie de los caballos, listos para montar al aproximarse el objetivo.
Fue una sorpresa total, tanto para los arrieros como para la escolta; pero aún así, presentaron una enconada resistencia, que nos ocasionó 14 muertos y 11 heridos. A ellos les fue peor, ya que en el campo quedaron tendidos 12 arrieros y 19 hombres de la escolta; el resto los tomamos prisioneros, y entre ellos figuraba el comandante, un español de apellido Cañedo, quien se encontraba herido y al cual le sacamos la información que nos interesaba.
Nos manifestó que el atajo de mulas golondrinas a su mando, cargaba tejas de oro destinadas la mitad como regalo para la reina de España, en recompensa por los favores que recibió cuando en España se encontraba el donador, conde de Branciforte. La otra mitad del botín que capturamos, iba como dote para la boda de la condesita Ana María, hija de Branciforte, que estaba próxima a contraer matrimonio con el duque de Alba.
El cargamento de plata era también de la propiedad del citado conde. Una parte iba para la corona, y otra para el pago del azogue, el diezmo de la iglesia; contenía igualmente lo que al virreinato correspondía, y el pago de un préstamo que en forma personal le había hecho a Branciforte, el marqués de Sierra Nevada. El resto ingresaría en las arcas de su propiedad.
Una vez obtenidos los datos que nos importaban procedimos a colgar de mezquites y huisaches a todos los
prisioneros, ya que a ninguno se le podía perdonar la vida, pues una vez en libertad, lo primero que harían sería denunciarnos; que era lo que menos nos importaba, porque al no llegar las mulas a su destino, de inmediato comenzaría la intensa búsqueda, pero nosotros con el tiempo ganado, podríamos ponernos a
distancia de los sabuesos. Terminada la macabra tarea, procedimos a llevar el oro y la plata a nuestro escondite predilecto, el corral de Majoma. En la tarea consumimos tres días, ya que de las 80 mulas de que
constaba la recua, algunas resultaron muertas, y además lo difícil del camino hacia muy lento el traslado.
Cuando terminamos de ocultar perfectamente este tesoro, borradas todas las huellas que habíamos dejado, y estando ya escasos de algunas provisiones, Juan Castro se ofreció para conseguirlas y traérnoslas, y partiendo con ocho de sus hombres, se marchó a media tarde, con rumbo de cuencamé. Castro tenía interés, más que de traernos provisiones, en darse una vuelta por el presidio del pasaje, donde tenía sus amoríos con una mujer de ese lugar; lo que ignoraba, era que Micaela, que así se llamaba la damisela en cuestión, ya también estaba en amoríos con el comandante del presidio capitán Antón Fernández de Valdés; amorío que a la postre causaría la ruina de más de cuatro gavillas que en los alrededores de Durango merodeábamos.
El asalto y robo a la conducta de mulas propiedad del Conde de Branciforte, fue la gota que derramó el vaso, ya que las altas autoridades clamaron justicia, y exigieron nuestras cabezas al gobernador de la Nueva Vizcaya, don José Sebastián López de carvajal, que a su vez le exigió el encargo al comandante de la milicia capitán José Francisco Quiñones de Terán, quien de inmediato tomó las providencias necesarias para la identificación de la cuadrilla de asaltantes.
Mientras tanto castro, había citado a Micaela en un lugar conocido por el tanque, cercano al presidio del pasaje. No sé si castro en medio de los transportes amorosos, le haya dicho a Micaela que nosotros éramos los asaltantes, o simplemente ella lo sospechó por algún desliz en la conversación del criollo o alguno de sus
hombres. La cosa fue que mas tardó castro en retirarse del lugar, que Micaela en ir con su amante militar para darle toda la información que obtuvo de mi cómplice.
El capitán Fernández de Valdez, al tener conocimiento de que castro iría a Cuencamé por provisiones y con ellas volvería a la breña, pensó con toda lógica que los bandidos para ahorrarse tiempo y molestias, tomarían el camino real hasta la hacienda que fue de Don Rodrigo río de losa, y ahí cortarían rumbo a nosotros. Así que armó a toda su gente partiendo de inmediato rumbo a la cuesta de Vizcaya, donde emboscado esperaría a los bandidos.
Nosotros mientras tanto, veíamos disminuir nuestros alimentos y al ver que en seis días no regresaban los
aprovisionadores, comenzamos a tener una desgracia, por lo que ordené el cambio de paraje, ubicándonos en una meseta que tenía una salida natural perfectamente disimulada y conocida por muy poca gente. Redoble la vigilancia escalonando los vigías en el día. En la noche obstruíamos las veredas con ramas y piedras, para que si alguien pretendiera pasar, al mover las ramas, las piedras rodaran haciendo ruido que nos alertara.
Los caballos los teníamos ensillados, con el cincho flojo. Los frenos colgaban de la cabeza de la silla, teniendo puesto las bestias únicamente el bozal; las árguenas listas, llenas de tasajo y esquite amarrados a los tientos, y algunas onzas de oro, por lo que el tiempo pudiera escoger.
Cuando castro cumplió una semana sin volver, una madrugada, nos despertaron los centinelas, manifestando que habían escuchado ruidos en dirección de nuestra anterior guardia. Puse a todos mis hombres sobre las armas, se ajustaron las sillas de montar y enfrenaron los caballos, enviando gente a que notaran la identidad de los intrusos. Podía ser castro de regreso.
Al clarear un poco más la madrugada regresaron los enviados con la novedad de que era gente del gobierno y que se movían en dirección de nuestro escondite. De momento me invadió el pánico, pero me sobrepuse al verme observado por mis hombres, que aguardaban mis órdenes con expectación. Pensando que la gente enemiga era alguna patrulla con poca tropa, se los hice saber a mis compañeros, y les pregunté si aprovechando el resto de oscuridad, huíamos o les presentábamos batalla. En esto último todos estuvieron de acuerdo, por lo que desde luego tomamos posiciones para batir al enemigo tan pronto como se pusiera al alcance de nuestras armas, cosa que sucedió antes del amanecer. Les destrozamos las avanzadas, y cuando creíamos haber triunfado, vimos con espanto a la luz del día que cuando menos 300 hombres trataban de cercarnos, cosa que habrían logrado si nos quedamos en el lugar donde castro nos había dejado, pues aquel
paraje si estaba completamente rodeado.
Las tropas del gobierno, al notar que no estábamos en el lugar que ellos pensaban, ordenaron su movimiento envolvente a nuestra nueva posición, por lo cual nosotros optamos por la retirada. Ya para esos momentos teníamos varios muertos y algunos heridos, de los que no podían montar, se ofrecieron a cubrir nuestra salida, disparando hasta ser muertos, porque sabían que la lucha era sin cuartel.
Salimos por un escape oculto, de dos en dos, ya que era estrecho. Una vez afuera del cañón, reagrupada la gente, nos dirigimos con rumbo de san José de Tuitán. Pero vaya sorpresa la que tuvimos al dar la vuelta a un recodo de la vereda, pues nos topamos con una vanguardia de tropa que recorría esos contornos. La sorpresa fue mutua, pero reaccionamos más pronto nosotros, por lo que a todo galope los arrollamos. De todas maneras esta ocasión nos costó la pérdida de varios hombres, y sin esperar a que llegara el grueso de la tropa del gobierno alertada por las detonaciones, ordené desbandada general, y como punto de reunión los órganos, lugar cercano al pueblo del calabazal. Conmigo siguieron cinco de mis compañeros, que a media rienda tomamos rumbo al sur.
Jamás llegamos a los órganos. Fue tanto el acoso, que atravesando la sierra, fuimos a dar cerca de la hacienda de Valparaíso. En una de sus estancias obligamos a los peones a que nos cambiaran los caballos, ya que nuestros animales se encontraban en malas condiciones. Después de comer y con algo de alimento que a viva fuerza obtuvimos de ellos, continuamos nuestro camino. Como táctica dábamos rodeos, tratando de despistar a nuestros perseguidores, ya que lo que yo pretendía era llegar a jerez, pues en ese lugar tenía parientes y compadres. Además, en un lugar cercano había un entierrito con bastante oro y plata, con los cuales podíamos irnos a Guadalajara, a esperar que se calmaran los ánimos.
Desgraciadamente, eso no sucedió, ya que a la altura de la hacienda de concepción de la calera, propiedad que fue de don diego de Ibarra, fuimos alcanzados por fuerzas del gobierno que nos capturaron después de que casi agotamos nuestras municiones, y cuando tres de mis leales compañeros habían caído muertos, y heridos nos encontrábamos el último de mis cómplices y yo. Él, después de mucho resistir, falleció en el camino.
Ahora, en la cárcel de Zacatecas, espero dictamen en mi contra, que no puede ser otro que la pena de muerte.
Hoy es un día 15 de enero de 1728.
Derrotero del Corral de Majoma en la región de La Breña.
Mes de octubre del año de de 1727, en una tarde lluviosa y bastante fría. Yo, Nicolás Castillo, capitán de una cuadrilla de bandoleros, fui hecho comandante por José Ramírez, indio zacatecano por cierto muy valiente, que resultó herido de gravedad en un asalto que efectuamos en las cercanías de la hacienda de Juana Guerra, a un tren de carretas cargadas de mercancías, que iba con destino a Durango.
Restos de la hacienda de Juana Guerra, en Amado Nervo, mpo. Nombre de Dios.
Al sentir la proximidad de la muerte, Ramírez me mandó llamar. En esos momentos me encontraba atendiendo los caballos. Me presenté, y delante de todos me dejó en el mando, regalándome su caballo, un magnífico animal tordillo melado de finos remos y bonita estampa, el cual había robado en la hacienda del chorro, propiedad del Marqués de Torre Campo.
En esa desapacible tarde, refugiado en una cueva situada en lo mas intrincado de la breña, y acompañado de mis hombres, que sentados alrededor de una fogata mataban el tiempo contando cuentos y fumando sus cigarros de hoja, esperaba de un momento a otro el aviso del vigía, de la llegada de juan castro, criollo natural de la hacienda de santa catalina del álamo, de la cual era el amo el conde del álamo.
La zona de color negro es la Breña propiamente dicha, lavas basálticas (piedra volcánica) abrupta y áspera.
Había mandado llamar a castro por medio de un galgo, con toda su gente, para que lo más pronto posible se reunieran con nosotros, a fin de planear el asalto a una conducta de ocho atajos de mulas que iban a salir de Durango rumbo a México, cargadas con barras de plata y posiblemente de oro. Esto según el aviso que no había hecho llegar uno de los nuestros, pues teníamos de dos a tres espías en todos los mesones.
En lo más alto de un risco cercano, el vigilante, entumido y bastante mojado su grueso jorongo, renegaba de la mala suerte que le había deparado tan molesta e incómoda guardia, ya que ni el consuelo tenía de fumarse un cigarro, por tener húmeda la yesca. Miraba ansioso las cercanías tratando de divisar la llegada del criollo castro y su gente, o bien, la proximidad de extraños, para dar aviso a la gente que abajo descansaba.
Por fin, ya casi al oscurecer, el vigía nos avisó de la llegada de Juan Castro, quien para identificarse, desde un determinado lugar debía de adelantarse a sus hombres y enarbolar su tercerola con un trapo amarrado en el cañón, según el santo y seña convenidos.
Reunida ambas gavillas, después de los saludos de rigor y de saborear unos tragos del buen mezcal que castro traía de los tinacales de nombre de dios, se atizó el fuego para preparar nuestra cena, y para que los recién llegados pusieran a secar sus ropas. Mientras los improvisados cocineros daban fin a su tarea, castro y yo nos dirigimos al lugar donde teníamos los caballos, para ordenar que se les alimentara en abundancia, ya que saldríamos en la madrugada.
En el transcurso de la cena, devorábamos un costillar de res, que se doraba lentamente, despidiendo un aroma muy agradable y con mejor sabor, pues esa carne que castro había traído envuelta en una manta hambreada, la preparamos con sal y la pusimos al fuego en unas horquetas. A nosotros se nos había terminado la existencia desde varios días, pero la carne no era problema, ya que en el monte había bastantes cabezas de ganado, propiedad de los hacendados y disponíamos de ellas para nuestra alimentación; claro sin permiso de los dueños.
Estuvimos discutiendo sobre el lugar mas apropiado para el asalto. Estuvimos de acuerdo todos, y optamos por efectuarlo en la subida conocida como la lajita, situada en el camino real de Durango a México, entre la hacienda del ojo, propiedad de los yandiola, y el puerto del conejo, lugar muy adecuado para estos menesteres.
Entrada a la hacienda el Ojo del Milagro de Sancho Ximénez.
Y este es el Ojo del Milagro, un ojo de agua que salvó a los fundadores de morir en el desierto.
Una vez terminada la cena, y escogido el terreno para dar el golpe, ordené el relevo de los vigilantes y cada uno vino y escogió su lugar dentro de la cueva, donde harían el intento de dormir envueltos en sus frazadas, ya que la atención que antecede a un combate, casi siempre le impide a uno conciliar el sueño.
Poco antes de que el lucero se asomara en el cielo, y después de tomar unos hirvientes tragos de yerbanís para mitigar el frío, partimos rumbo a la lajita para emboscarnos y esperar la llegada de la conducta de mulas, que tarde o temprano aparecería en el sitio, por ser el único camino. Aún oscura la mañana, distribuí la gente, unos emboscados entre los árboles, y otra parte los mandé a proteger ambos extremos del camino.
El resto, esperamos al pie de los caballos, listos para montar al aproximarse el objetivo.
Fue una sorpresa total, tanto para los arrieros como para la escolta; pero aún así, presentaron una enconada resistencia, que nos ocasionó 14 muertos y 11 heridos. A ellos les fue peor, ya que en el campo quedaron tendidos 12 arrieros y 19 hombres de la escolta; el resto los tomamos prisioneros, y entre ellos figuraba el comandante, un español de apellido Cañedo, quien se encontraba herido y al cual le sacamos la información que nos interesaba.
Nos manifestó que el atajo de mulas golondrinas a su mando, cargaba tejas de oro destinadas la mitad como regalo para la reina de España, en recompensa por los favores que recibió cuando en España se encontraba el donador, conde de Branciforte. La otra mitad del botín que capturamos, iba como dote para la boda de la condesita Ana María, hija de Branciforte, que estaba próxima a contraer matrimonio con el duque de Alba.
El cargamento de plata era también de la propiedad del citado conde. Una parte iba para la corona, y otra para el pago del azogue, el diezmo de la iglesia; contenía igualmente lo que al virreinato correspondía, y el pago de un préstamo que en forma personal le había hecho a Branciforte, el marqués de Sierra Nevada. El resto ingresaría en las arcas de su propiedad.
Una vez obtenidos los datos que nos importaban procedimos a colgar de mezquites y huisaches a todos los
prisioneros, ya que a ninguno se le podía perdonar la vida, pues una vez en libertad, lo primero que harían sería denunciarnos; que era lo que menos nos importaba, porque al no llegar las mulas a su destino, de inmediato comenzaría la intensa búsqueda, pero nosotros con el tiempo ganado, podríamos ponernos a
distancia de los sabuesos. Terminada la macabra tarea, procedimos a llevar el oro y la plata a nuestro escondite predilecto, el corral de Majoma. En la tarea consumimos tres días, ya que de las 80 mulas de que
constaba la recua, algunas resultaron muertas, y además lo difícil del camino hacia muy lento el traslado.
Cuando terminamos de ocultar perfectamente este tesoro, borradas todas las huellas que habíamos dejado, y estando ya escasos de algunas provisiones, Juan Castro se ofreció para conseguirlas y traérnoslas, y partiendo con ocho de sus hombres, se marchó a media tarde, con rumbo de cuencamé. Castro tenía interés, más que de traernos provisiones, en darse una vuelta por el presidio del pasaje, donde tenía sus amoríos con una mujer de ese lugar; lo que ignoraba, era que Micaela, que así se llamaba la damisela en cuestión, ya también estaba en amoríos con el comandante del presidio capitán Antón Fernández de Valdés; amorío que a la postre causaría la ruina de más de cuatro gavillas que en los alrededores de Durango merodeábamos.
El asalto y robo a la conducta de mulas propiedad del Conde de Branciforte, fue la gota que derramó el vaso, ya que las altas autoridades clamaron justicia, y exigieron nuestras cabezas al gobernador de la Nueva Vizcaya, don José Sebastián López de carvajal, que a su vez le exigió el encargo al comandante de la milicia capitán José Francisco Quiñones de Terán, quien de inmediato tomó las providencias necesarias para la identificación de la cuadrilla de asaltantes.
Mientras tanto castro, había citado a Micaela en un lugar conocido por el tanque, cercano al presidio del pasaje. No sé si castro en medio de los transportes amorosos, le haya dicho a Micaela que nosotros éramos los asaltantes, o simplemente ella lo sospechó por algún desliz en la conversación del criollo o alguno de sus
hombres. La cosa fue que mas tardó castro en retirarse del lugar, que Micaela en ir con su amante militar para darle toda la información que obtuvo de mi cómplice.
El capitán Fernández de Valdez, al tener conocimiento de que castro iría a Cuencamé por provisiones y con ellas volvería a la breña, pensó con toda lógica que los bandidos para ahorrarse tiempo y molestias, tomarían el camino real hasta la hacienda que fue de Don Rodrigo río de losa, y ahí cortarían rumbo a nosotros. Así que armó a toda su gente partiendo de inmediato rumbo a la cuesta de Vizcaya, donde emboscado esperaría a los bandidos.
Nosotros mientras tanto, veíamos disminuir nuestros alimentos y al ver que en seis días no regresaban los
aprovisionadores, comenzamos a tener una desgracia, por lo que ordené el cambio de paraje, ubicándonos en una meseta que tenía una salida natural perfectamente disimulada y conocida por muy poca gente. Redoble la vigilancia escalonando los vigías en el día. En la noche obstruíamos las veredas con ramas y piedras, para que si alguien pretendiera pasar, al mover las ramas, las piedras rodaran haciendo ruido que nos alertara.
Los caballos los teníamos ensillados, con el cincho flojo. Los frenos colgaban de la cabeza de la silla, teniendo puesto las bestias únicamente el bozal; las árguenas listas, llenas de tasajo y esquite amarrados a los tientos, y algunas onzas de oro, por lo que el tiempo pudiera escoger.
Cuando castro cumplió una semana sin volver, una madrugada, nos despertaron los centinelas, manifestando que habían escuchado ruidos en dirección de nuestra anterior guardia. Puse a todos mis hombres sobre las armas, se ajustaron las sillas de montar y enfrenaron los caballos, enviando gente a que notaran la identidad de los intrusos. Podía ser castro de regreso.
Al clarear un poco más la madrugada regresaron los enviados con la novedad de que era gente del gobierno y que se movían en dirección de nuestro escondite. De momento me invadió el pánico, pero me sobrepuse al verme observado por mis hombres, que aguardaban mis órdenes con expectación. Pensando que la gente enemiga era alguna patrulla con poca tropa, se los hice saber a mis compañeros, y les pregunté si aprovechando el resto de oscuridad, huíamos o les presentábamos batalla. En esto último todos estuvieron de acuerdo, por lo que desde luego tomamos posiciones para batir al enemigo tan pronto como se pusiera al alcance de nuestras armas, cosa que sucedió antes del amanecer. Les destrozamos las avanzadas, y cuando creíamos haber triunfado, vimos con espanto a la luz del día que cuando menos 300 hombres trataban de cercarnos, cosa que habrían logrado si nos quedamos en el lugar donde castro nos había dejado, pues aquel
paraje si estaba completamente rodeado.
Las tropas del gobierno, al notar que no estábamos en el lugar que ellos pensaban, ordenaron su movimiento envolvente a nuestra nueva posición, por lo cual nosotros optamos por la retirada. Ya para esos momentos teníamos varios muertos y algunos heridos, de los que no podían montar, se ofrecieron a cubrir nuestra salida, disparando hasta ser muertos, porque sabían que la lucha era sin cuartel.
Salimos por un escape oculto, de dos en dos, ya que era estrecho. Una vez afuera del cañón, reagrupada la gente, nos dirigimos con rumbo de san José de Tuitán. Pero vaya sorpresa la que tuvimos al dar la vuelta a un recodo de la vereda, pues nos topamos con una vanguardia de tropa que recorría esos contornos. La sorpresa fue mutua, pero reaccionamos más pronto nosotros, por lo que a todo galope los arrollamos. De todas maneras esta ocasión nos costó la pérdida de varios hombres, y sin esperar a que llegara el grueso de la tropa del gobierno alertada por las detonaciones, ordené desbandada general, y como punto de reunión los órganos, lugar cercano al pueblo del calabazal. Conmigo siguieron cinco de mis compañeros, que a media rienda tomamos rumbo al sur.
Jamás llegamos a los órganos. Fue tanto el acoso, que atravesando la sierra, fuimos a dar cerca de la hacienda de Valparaíso. En una de sus estancias obligamos a los peones a que nos cambiaran los caballos, ya que nuestros animales se encontraban en malas condiciones. Después de comer y con algo de alimento que a viva fuerza obtuvimos de ellos, continuamos nuestro camino. Como táctica dábamos rodeos, tratando de despistar a nuestros perseguidores, ya que lo que yo pretendía era llegar a jerez, pues en ese lugar tenía parientes y compadres. Además, en un lugar cercano había un entierrito con bastante oro y plata, con los cuales podíamos irnos a Guadalajara, a esperar que se calmaran los ánimos.
Desgraciadamente, eso no sucedió, ya que a la altura de la hacienda de concepción de la calera, propiedad que fue de don diego de Ibarra, fuimos alcanzados por fuerzas del gobierno que nos capturaron después de que casi agotamos nuestras municiones, y cuando tres de mis leales compañeros habían caído muertos, y heridos nos encontrábamos el último de mis cómplices y yo. Él, después de mucho resistir, falleció en el camino.
Ahora, en la cárcel de Zacatecas, espero dictamen en mi contra, que no puede ser otro que la pena de muerte.
Hoy es un día 15 de enero de 1728.
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- Pedro CantúAdmin
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Municipio de Poanas y sus alrededores.
Miér 23 Ene 2008, 9:28 pm
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Sáb 11 Oct 2008, 9:26 am
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Austin, Texas, Feb. 3 - Una carta desde Durango, México, dice que existe mucha emoción acerca del hallazgo de un tesoro oculto valorado en mas de $ 4,000,000 que fue encontrado cerca del Corral de Majoma, en la Hacienda El Ojo en el distrito de Nombre de Dios. La Hacienda es propiedad de Julio Curbelo. El gobierno a enviado 50 soldados al lugar para preservar el orden.
El tesoro, consiste en imágenes e ídolos de Oro, así como también en un gran crucifijo de Oro, junto con un gran numero de barras de Plata. El tesoro se dice fue escondido en el Corral de Majoma por bandidos hace muchos años atrás. Hace algún tiempo, los bandidos fueron muy numerosos en este Distrito. Un pastor se dice, fue el que descubrió el tesoro y fue a informar de su descubrimiento al Alcalde, quien inmediatamente siguió los pasos para su recuperación.
Gracias a José Elizalde de California por encontrar esta nota.
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ENCUENTRAN TESORO DE $ 4,000,000
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Valores escondidos por bandidos
hace muchos años.
Especial para el New York Times
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Valores escondidos por bandidos
hace muchos años.
Especial para el New York Times
Austin, Texas, Feb. 3 - Una carta desde Durango, México, dice que existe mucha emoción acerca del hallazgo de un tesoro oculto valorado en mas de $ 4,000,000 que fue encontrado cerca del Corral de Majoma, en la Hacienda El Ojo en el distrito de Nombre de Dios. La Hacienda es propiedad de Julio Curbelo. El gobierno a enviado 50 soldados al lugar para preservar el orden.
El tesoro, consiste en imágenes e ídolos de Oro, así como también en un gran crucifijo de Oro, junto con un gran numero de barras de Plata. El tesoro se dice fue escondido en el Corral de Majoma por bandidos hace muchos años atrás. Hace algún tiempo, los bandidos fueron muy numerosos en este Distrito. Un pastor se dice, fue el que descubrió el tesoro y fue a informar de su descubrimiento al Alcalde, quien inmediatamente siguió los pasos para su recuperación.
The New York Times
Publicado: Febrero 4 de 1907.
Publicado: Febrero 4 de 1907.
Gracias a José Elizalde de California por encontrar esta nota.
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- ruben davila fariasExperto del Foro
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Sáb 11 Oct 2008, 5:01 pm
Hola compañeros, Les dire que al sur de Saltillo, y creo que ya en territorio de Zacatecas, existe una hacienda o ex hacienda que tambièn lleva el nombre de Majoma. Esta pertenecìa al general Vicente Dávila Sánchez, el mismo en cuya huerta encontraron un tesoro al derribar una barda para ampliar una calle, el mismo que era dueño del Saucillo cuyos videos hemos visto gracias al dr. Cantú. Esa hacienda quedó en manos de descedietes del general y ahora no se a quien pertenezca pero se habla que parte de la fortuna del "general barbitas" como lo conocian por su luenga barba quedó igual bien enterrada en su hacienda de Majoma.
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- morteroLíder de opinión.
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 24 Abr 2009, 2:36 pm
compañeros
ese derrotero del corral de majoma y la breña es muy interesante por lo siguiente
en el derrotero II se menciona, mas 35 cajas con oro, una de esas cajas esta cerrada con dos candados y contiene piedras preciosas de un valor inmenso y vale mas que todo el tesoro de la breña, estas piedras se las robaron a el emperador moctezuma quein las deposito en custodia con unas indias dice el derrotero.
efectivamente es corral de majoma
el derrotero es muy parecido a las copias que tengo, en lo que, si difiere es en la ubicacion de los entierros el que tengo tiene señas diferentes
nomas lo escribo completo y lo subo a la pagina para el que le interese, nomas cruzar puntos de uno y otro
por ejemplo uno dice a 400 pasos
y otro dice a 400 pasos de a caballo
monton de piedra de malpais
y asi detalles que un buen decifrador daria con el punto exacto
lo que estaria interesante seria el contenido de esa caja cerrada con dos candados que le robaron a Moctezuma tanto por contenido y el valor historico.
ese derrotero del corral de majoma y la breña es muy interesante por lo siguiente
en el derrotero II se menciona, mas 35 cajas con oro, una de esas cajas esta cerrada con dos candados y contiene piedras preciosas de un valor inmenso y vale mas que todo el tesoro de la breña, estas piedras se las robaron a el emperador moctezuma quein las deposito en custodia con unas indias dice el derrotero.
efectivamente es corral de majoma
el derrotero es muy parecido a las copias que tengo, en lo que, si difiere es en la ubicacion de los entierros el que tengo tiene señas diferentes
nomas lo escribo completo y lo subo a la pagina para el que le interese, nomas cruzar puntos de uno y otro
por ejemplo uno dice a 400 pasos
y otro dice a 400 pasos de a caballo
monton de piedra de malpais
y asi detalles que un buen decifrador daria con el punto exacto
lo que estaria interesante seria el contenido de esa caja cerrada con dos candados que le robaron a Moctezuma tanto por contenido y el valor historico.
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- jrdrIdentidad Certificada
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 24 Abr 2009, 5:04 pm
Hola otra vez de metiche, Se menciona en el relato III a don Jose Sebastian Lopez de Cravajal como gobernador de Durango en el año de 1728... Pues hay un error por que este gaobernador fue hasta 1727 para el 28 era gobernador don Ignacio Francisco Barrutia y Aeta Esenagucia Salud os
- jaime a.Experto del Foro
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 24 Abr 2009, 8:41 pm
Hola amigos, saben en el año de 1996 me toco ir al corral de majoma, duramos buscando toda la noche (que por cierto mi no me gusta buscar de noche),yo llevaba un detector tm-800, entre a una hacienda muy tetrica abandonada, busque algunas horas pero solo encontraba fierros viejos, recuerdo que habia una noria tapada,pero como ibamos de noche y escondidos sin ningun permiso fue muy dificil,fue algo muy pesado para mi, al comenzar ibamos 3 muebles, al siguiente dia ya eran 5, fueron 6 dias de busqueda,muchas partes que ni supe donde estaba, al ultimo dia ya eran mas de 8 trocas, como 20 personas, se iban juntando en cada parte que buscabamos,fue imposible y riesgoso esa busqueda,eso si ,esta precioso la zona para un buscador de tesoros se los recomiendo hay muchos puntos,
lo que si se es que casi sali corriendo, era mucha la presion de tanta gente,se veia gente buena (y ambiciosa), de toda, en momentos rogaba a dios que no marcara el detector, nunca sabe uno como reaccionaran tantas personas, creo que si hubiese encontrado algo a mi me dejan en el hoyo con todo y detector,estuvo riesgoso pero bonita busqueda. (aprendi que las busquedas de noche no sirven y sin permisos menos)-
su amigo Jaime Acosta Ochoa BAtopilas1
lo que si se es que casi sali corriendo, era mucha la presion de tanta gente,se veia gente buena (y ambiciosa), de toda, en momentos rogaba a dios que no marcara el detector, nunca sabe uno como reaccionaran tantas personas, creo que si hubiese encontrado algo a mi me dejan en el hoyo con todo y detector,estuvo riesgoso pero bonita busqueda. (aprendi que las busquedas de noche no sirven y sin permisos menos)-
su amigo Jaime Acosta Ochoa BAtopilas1
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 26 Oct 2010, 2:27 pm
Los escritos que tengo hablan del corral de majoma al igual que el del compañero mortero seria bueno cotejar las historias
saludos
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- relampagoExperto del Foro
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 26 Oct 2010, 7:35 pm
Ademas de objetos de jade que otro tipo de piedra preciosa podrian poseer los aztecas, nuestra republica al parecer carece de yacimientos de esmeraldas, rubies o diamantes. ¿ alguien sabe algo ?
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Miér 27 Oct 2010, 11:54 am
Efectivamente compañero Relampago no existen yacimientos de piedras preciosas en mexico hasta donde yo se so jede en el sur es un punto muy importante para analizar la veracidad de los derroteros el escrito que tengo del tesoro de el malpais habla de pidras preciosas; de donde las train los indios.
Alguien sabe si el compañero mortero ya subio su escrito. y si lo subio en que parte, soy nuevo en el foro y no conosco muy bien la pagina.
saludos
Alguien sabe si el compañero mortero ya subio su escrito. y si lo subio en que parte, soy nuevo en el foro y no conosco muy bien la pagina.
saludos
- RicardoagColaborador frecuente
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 29 Oct 2010, 1:49 pm
En un reportage de revista lei que los impuestoe recolectados en sud america por los españoles los descargaban en la peninsula de Baja Colifornia y de ahi lo llebaban al puerto de veracruz en mulas es posible que tragieran esmeraldas y se quedaran en territorio mexicano
nota no se que tan cierto puda ser.
nota no se que tan cierto puda ser.
- relampagoExperto del Foro
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 29 Oct 2010, 7:03 pm
Supongamos que de esas piedras se tratare lo que dicen le robaron a Moctezuma, que tanto valor pudieran tener como para que lo valuen mas que el oro ?. No se si algunas tribuos de mas del sur digamos america central o del sur le pudieran haber pasado piedras preciosas de esos lugares ?
Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 29 Oct 2010, 10:26 pm
asegun los vendedores del link ke yo postie, una piedra de unos 8 kilates verde claro "brillante" komo la de la primera foto anda por los : $160,000.00 US Dlls
y una de 3.8 kilates no tan "clara" como esta de la imagen..
anda por los $12,000 US Dlls
Ay Tamozz
y una de 3.8 kilates no tan "clara" como esta de la imagen..
anda por los $12,000 US Dlls
Ay Tamozz
- RicardoagColaborador frecuente
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Jue 04 Nov 2010, 1:30 pm
Muy buena observacion del compañero TatanKa voy a investigar sobre estas gemas
Saludos
Saludos
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 23 Nov 2010, 12:50 pm
Hola compañeros del foro
parece ser que el tesoro de la breña ya lo sacaron poco tiempo antes de la revolucion por casualida se lo topo un vaquero voy a investigar el tema
los tendre informados
saludos
parece ser que el tesoro de la breña ya lo sacaron poco tiempo antes de la revolucion por casualida se lo topo un vaquero voy a investigar el tema
los tendre informados
saludos
- RicardoagColaborador frecuente
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Vie 03 Dic 2010, 1:45 pm
Hola compañeros que siguen este tema
por lo poco que he investigado no fue un vaquero si no que era pastor
cuidaba ovejas
se lo topo por casualidad y le aviso al hacendado
los seguire informando con mas detalles
saludos
por lo poco que he investigado no fue un vaquero si no que era pastor
cuidaba ovejas
se lo topo por casualidad y le aviso al hacendado
los seguire informando con mas detalles
saludos
- RicardoagColaborador frecuente
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Miér 15 Dic 2010, 12:29 pm
Hola
compañeros del foro
una nueva investigacion
me contaron en el pueblo de Antonio Amaro que el tesoro se lo repartieron
entre el los acendados y el comisionado de Nombre de Dios
Saludos
compañeros del foro
una nueva investigacion
me contaron en el pueblo de Antonio Amaro que el tesoro se lo repartieron
entre el los acendados y el comisionado de Nombre de Dios
Saludos
- Pedro CantúAdmin
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Miér 15 Dic 2010, 2:31 pm
jrdr escribió:Hola otra vez de metiche, Se menciona en el relato III a don Jose Sebastian Lopez de Cravajal como gobernador de Durango en el año de 1728... Pues hay un error por que este gaobernador fue hasta 1727 para el 28 era gobernador don Ignacio Francisco Barrutia y Aeta Esenagucia Salud os
Cierto, pero la carta esta fecha apenas en los primeros días del año de 1728, tal vez el que escribe ni enterado estába del cambio del gobernador, es un error entendible y por si solo no creo que demuestre sea una falsificación.
Saludos
.
- RicardoagColaborador frecuente
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 21 Dic 2010, 10:02 am
Hola compañeros
El relato III fue sacado de un cuento de leyendas y no he podido encontrar la fuente se dice que fue hecha por un ferrocarrilero de epoca reciente y tiene muchas incongruencias en fechas de haciendas y lugares que en esas fechas no existian
bueno
un nuevo dato veridico es de que habia un señor iondio encargado de la hacienda de el ojo que su oficio ere "montero"
el cual alcanso ha conocer las personas que encontraron los objetos valiosos de los cuales uno de ellos era un cristo grande que por la parte de atras estaba hueco
mas delante les doy mas datos de nombres de dueños de haciendas de esos tiempos
Saludos
El relato III fue sacado de un cuento de leyendas y no he podido encontrar la fuente se dice que fue hecha por un ferrocarrilero de epoca reciente y tiene muchas incongruencias en fechas de haciendas y lugares que en esas fechas no existian
bueno
un nuevo dato veridico es de que habia un señor iondio encargado de la hacienda de el ojo que su oficio ere "montero"
el cual alcanso ha conocer las personas que encontraron los objetos valiosos de los cuales uno de ellos era un cristo grande que por la parte de atras estaba hueco
mas delante les doy mas datos de nombres de dueños de haciendas de esos tiempos
Saludos
- RicardoagColaborador frecuente
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Fecha de inscripción : 25/10/2010
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Jue 06 Ene 2011, 2:33 pm
Hola compañeros del foro
Feliz año nuevo a todos los que siguel el tema
le estuve siguiendo la pista a un manuscrito que habla de la breña en estas vaciones de diciembre que por la parte de atras esta dibujado el plano de este tesoro.
no tuve suerte al parecer se desintegro una lastima
saludos
Feliz año nuevo a todos los que siguel el tema
le estuve siguiendo la pista a un manuscrito que habla de la breña en estas vaciones de diciembre que por la parte de atras esta dibujado el plano de este tesoro.
no tuve suerte al parecer se desintegro una lastima
saludos
- TuscoroVoz de la Experiencia
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Fecha de inscripción : 17/01/2011
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 18 Ene 2011, 10:45 am
Hello my friends in Mexico. I live much further north (not Arizona) and might be able to give some credence to this story, but I need a little help with translation, My Spanish is poor, is there someone here who speaks English?
It would be nice to have someone in Mexico to help with the translation of documents that have accumulated here in the North. Am I welcome here?
Anyone?
Thanks for letting me into your forum, it is difficult for me to read or talk, because I have to use a translator and it seems to mix the contents.
Hola mis amigos de México. Yo vivo mucho más al norte (no de Arizona) y podría ser capaz de dar cierta credibilidad a esta historia, pero necesito un poco de ayuda con la traducción, Mi español es pobre, ¿hay alguien aquí que habla Inglés?
Sería bueno tener a alguien en México para ayudar con la traducción de los documentos que se han acumulado aquí en el Norte.
¿Alguien?
Gracias por dejarme entrar en su foro, es difícil para mí leer ni hablar, porque tengo que usar un traductor y parece que mezclar el contenido.
¿Soy la bienvenida?
It would be nice to have someone in Mexico to help with the translation of documents that have accumulated here in the North. Am I welcome here?
Anyone?
Thanks for letting me into your forum, it is difficult for me to read or talk, because I have to use a translator and it seems to mix the contents.
Hola mis amigos de México. Yo vivo mucho más al norte (no de Arizona) y podría ser capaz de dar cierta credibilidad a esta historia, pero necesito un poco de ayuda con la traducción, Mi español es pobre, ¿hay alguien aquí que habla Inglés?
Sería bueno tener a alguien en México para ayudar con la traducción de los documentos que se han acumulado aquí en el Norte.
¿Alguien?
Gracias por dejarme entrar en su foro, es difícil para mí leer ni hablar, porque tengo que usar un traductor y parece que mezclar el contenido.
¿Soy la bienvenida?
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- heraclio donan villaIdentidad Certificada
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Frase Célebre : come y bebe lo del fruto de tu trabajo ...lo demas es como querer atrapar el viento ....falsa vanidad
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Re: la Breña, el corral de Majoma.
Mar 18 Ene 2011, 11:59 am
welcome amigo tuscoro some menbers speak inglish and will help you translating your documents ,contact hector hugo zavala he'll help you and again welcome . heraclio .....my inglish is poor and limited and can't spell good .
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