- Miguel garciaIdentidad Certificada
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Frase Célebre : esta letal
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HALLAZGO CERCA DEL RIO COATZACOALCOS
Lun 10 Mar 2008, 8:12 pm
Hallan monedas de oro y piezas arqueológicas en Veracruz
Las monedas y el material arqueológico fueron localizados al margen izquierdo del río Coatzacoalcos.
Coatzacoalcos, Ver. Unas 500 monedas de oro y tres mil piezas arqueológicas fueron encontradas en la excavación para construir un dique del túnel sumergido Coatzacoalcos-Villa Allende, informó Luis Enrique Carmona Vela, funcionario de la Secom.
Expuso que las monedas de oro se encuentran resguardadas en el domicilio del director de la constructora encargada de la edificación, José Martínez.
El funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) refirió que tres mil piezas arqueológicas -muñecos y figurillas de barro con miles de años de antigüedad- están en poder del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Resaltó que las monedas del metal precioso y el material arqueológico fueron localizados en las excavaciones que realiza la empresa CTC Construcciones en el margen izquierdo del río Coatzacoalcos, en terrenos propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex),
en Villa Allende.
Indicó que el descubrimiento se manejó con reserva hasta que la Secretaría de Comunicaciones del estado (Secom) consideró conveniente difundirla, en virtud de tratarse de un bien nacional.
Expresó que en los próximos días las monedas serán entregadas al gobierno estatal o a la Federación, según establezca el marco legal.
Detalló que fue hace 20 días cuando se encontraron las primeras piezas, pero ni los trabajadores ni los directivos de la compañía constructora habían informado a la Secom o al municipio del hallazgo.
Indicó que se registró un saqueo por parte de los obreros, tras lo que las figuras se recolectaron y fueron puestas a disposición de Antropología e Historia.
Dijo que luego de este descubrimiento, los trabajos de excavación en una parte del terreno de 20 hectáreas fueron suspendidos por las autoridades del INAH.
Las monedas y el material arqueológico fueron localizados al margen izquierdo del río Coatzacoalcos.
Coatzacoalcos, Ver. Unas 500 monedas de oro y tres mil piezas arqueológicas fueron encontradas en la excavación para construir un dique del túnel sumergido Coatzacoalcos-Villa Allende, informó Luis Enrique Carmona Vela, funcionario de la Secom.
Expuso que las monedas de oro se encuentran resguardadas en el domicilio del director de la constructora encargada de la edificación, José Martínez.
El funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) refirió que tres mil piezas arqueológicas -muñecos y figurillas de barro con miles de años de antigüedad- están en poder del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Resaltó que las monedas del metal precioso y el material arqueológico fueron localizados en las excavaciones que realiza la empresa CTC Construcciones en el margen izquierdo del río Coatzacoalcos, en terrenos propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex),
en Villa Allende.
Indicó que el descubrimiento se manejó con reserva hasta que la Secretaría de Comunicaciones del estado (Secom) consideró conveniente difundirla, en virtud de tratarse de un bien nacional.
Expresó que en los próximos días las monedas serán entregadas al gobierno estatal o a la Federación, según establezca el marco legal.
Detalló que fue hace 20 días cuando se encontraron las primeras piezas, pero ni los trabajadores ni los directivos de la compañía constructora habían informado a la Secom o al municipio del hallazgo.
Indicó que se registró un saqueo por parte de los obreros, tras lo que las figuras se recolectaron y fueron puestas a disposición de Antropología e Historia.
Dijo que luego de este descubrimiento, los trabajos de excavación en una parte del terreno de 20 hectáreas fueron suspendidos por las autoridades del INAH.
- Pedro CantúAdmin
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Frase Célebre : -Si las cosas fueran fáciles, hasta yo las haría.
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Re: HALLAZGO CERCA DEL RIO COATZACOALCOS
Mar 11 Mar 2008, 1:07 pm
.
Esa noticia se dió el 19 de octubre de 2007.
La siguiente es la historia completa...
++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++
Coatzacoalcos, un nuevo puerto arqueológico
EL TÚNEL SUMERGIDO DE COATZACOALCOS
El hallazgo se encuentra entre la congregación de Allende y la Laguna de Pajaritos, donde construirán el dique seco del Túnel que unirá al Puerto con la Villa.
12 de enero de 2008.
El pasado 4 de octubre la Compañía Constructora Túnel de Coatzacoalcos suspendió provisionalmente los trabajos de construcción del Dique Seco debido al hallazgo de elementos arqueológicos durante las excavaciones. Esta actitud es poco frecuente en las compañías constructoras. Normalmente cuando se encuentra algún objeto arqueológico o se afecta un sitio prehispánico las compañías tratan de ocultar la información o sobornar al arqueólogo que hace el peritaje para no pagar el rescate y proseguir las obras. Afortunadamente no fue el caso del Túnel Sumergido, pues tanto la Concesionaria como la Compañía Constructora notificaron de inmediato al Centro INAH Veracruz para que determinara lo conducente.
Para evaluar la importancia del hallazgo fui comisionado el día 12 de octubre por el entonces director del Centro INAH, Antropólogo Jacinto Chacha Antele. La obra se localiza entre la congregación de Allende y la Laguna de Pajaritos, frente a la ciudad de Coatzacoalcos, a la orilla del río. En este lugar se proyecta construir las secciones del túnel sumergido que cruzará el río Coatzacoalcos. La obra del dique seco es impresionante. Mide 451 metros de largo por 262 de ancho y se planea alcanzar los 14 m de profundidad. Para construir el dique se requiere movilizar un millón doscientos mil metros cúbicos de tierra.
La supervisión arqueológica en cuestión se realizó cuando ya se había excavado la primera capa de 4 metros en todo el dique y se estaban rebajando 4 metros más; es decir, casi la mitad del dique tenía unos 8 m de profundidad. La afectación del sitio ya era irreversible, por lo que no había posibilidad de suspender la obra o cambiarla de lugar. Además, tanto la Concesionaria como la Constructora estaban con el tiempo encima para entregar el Túnel Sumergido en los tiempos establecidos, pues de lo contrario se podría cancelar esta importante obra que facilitará la comunicación y el desarrollo regional. Ante los hechos consumados se propuso un rescate arqueológico con el fin de recuperar la mayor cantidad posible de información de este nuevo sitio hasta entonces desconocido para la arqueología.
LA DIVERSIDAD ARQUEOLÓGICA
A pesar de las afectaciones tan graves, ciertas áreas del dique resaltaban por la cantidad y diversidad de material arqueológico expuesto entre la arena removida. Por todos lados eran visibles toneladas de tiestos con una gran variedad de tipos cerámicos, formas, tamaños, decoración, temporalidad y origen. Había cerámica local, de la sierra de Soteapan y de los Tuxtlas; había restos de vasijas mayas, teotihuacanas, totonacas y de la cultura Remojadas. Encontramos tipos cerámicos del preclásico tardío, de todo el periodo clásico y del postclásico temprano. Aunque buscamos tiestos de los periodos de la Conquista y de la Colonia no fue posible encontrarlos pues, como comentamos líneas atrás, los primeros 4 metros de suelo ya habían desaparecido.
A la riqueza cerámica se sumaba la diversidad de materiales arqueológicos. Entre la arena removida había toneladas de conchas marinas, de almeja y de ostión; huesos de grandes pescados y de manatí; miles de contrapesos de redes de pescar; grandes cantidades de chapopote arqueológico; figurillas de barro; restos de molienda; artefactos de obsidiana y lascas de piedra verde, probablemente serpentinita.
En suma, nos encontrábamos ante lo que probablemente fue un floreciente y activo puerto costero que funcionó durante varios cientos de años. La primera hipótesis en que pensamos fue que este puerto debió funcionar como un centro de enlace entre la gran Ciudad Estado de Teotihuacan y el imperio maya. Pero varias preguntas nos inquietaban. ¿A que cultura pertenecieron sus habitantes? ¿Fue una comunidad multiétnica? ¿Tuvo una ocupación continua desde al preclásico tardío hasta el postclásico temprano (entre el 200 a.C. y el 1,200 d.C.), o fue ocupada por periodos intermitentes? ¿Fue el principal puerto costero de esta zona del Golfo o hubo otros más que sirvieran como escalas en el comercio prehispánico entre la Península y el Altiplano?
Aunque las expectativas de una investigación arqueológica eran altas, surgían muchas dudas ¿Qué tanto del sitio aún se encontraba sin alterar? ¿Encontraríamos elementos in situ? ¿Lograríamos completar alguna columna estratigráfica que nos permitiera un fechamiento arqueológico completo del sitio? La opinión de varios ingenieros y personas originarias de Allende también generaba incertidumbre, pues afirmaban que la parte donde se construía el dique fue rellenada años atrás con material procedente del dragado del río. Todas esas dudas sólo serían contestadas total o parcialmente a través de excavaciones arqueológicas controladas.
Para complicar la situación, la imaginación popular desbordada hacía correr la versión de que se habían encontrado 500 monedas de oro y se rumoraba que a la orilla del médano un maquinista había encontrado un fabuloso tesoro. Finalmente estos cuentos fantásticos sólo fueron sueños de opio, de esos que parodiaba Chava Flores en sus canciones.
La investigación
Luego de firmado el convenio respectivo con el INAH, los ingenieros Rubén Sánchez Campodónico y Javier Pérez Antares proporcionaron todos los recursos y apoyos para que un equipo de arqueólogos iniciara las excavaciones en algunas áreas del dique seco. Los trabajos en campo iniciaron el 22 de octubre de 2007. La prioridad fue ubicar áreas donde aún hubiera material arqueológico in situ y determinar la extensión del material de dragado depositado en la zona. Afortunadamente ambas metas se lograron. A pesar de faltar los primeros 4 metros de suelo, localizamos 4 áreas con material arqueológico no removido que abarcaba cerca de un 30 % del dique y cuya profundidad restante variaba entre uno y tres metros. También se logró definir que por lo menos una franja de 50 metros, cercana a la actual orilla del río, forma parte de un relleno antiguo depositado por la draga. En esa capa, claramente distinta del resto de las capas geológicas del sitio, abunda tanto el material arqueológico como contemporáneo. Luego de realizar algunos sondeos en esta zona preferimos concentrarnos en las áreas con material in situ.
Los pozos se fueron excavando de manera sistemática a fin de ir liberando determinadas zonas necesarias para que la maquinaria pudiera ir avanzando en la construcción del dique. En tres zonas (A, C y D) se hicieron pozos de sondeo de 2 por 2 metros, los cuales se podían ampliar de acuerdo a los elementos y al contexto encontrado. Las excavaciones se hicieron por niveles de 10 centímetros hasta encontrar las capas arqueológicamente estériles. En la última sección (E), cercana al médano que circunda la obra, hicimos excavaciones extensivas, en virtud de la cantidad de elementos que encontramos.
Debido a las lluvias intensas de la temporada y a la alta humedad del lugar, en principio fue difícil definir las capas estratigráficas, por lo que sólo llevamos el control por niveles. La mayor parte de los pozos se hicieron sobre distintas capas de arena de diferente compactación y color, a veces revuelta con arcilla y a veces pura, mismas que sólo pudieron definirse hasta que la humedad descendió. Un zona bien delimitada correspondió a una laguna de manglar, cuyo fondo estaba formado por una capa de arcilla chiclosa oscura, cuya área central careció de materiales arqueológicos. Cuando los pozos rebasaban una profundidad de 1.20 m se hacían ampliaciones a los lados para evitar derrumbes. No obstante, normalmente las lluvias nocturnas colapsaban las paredes de los pozos, viéndonos obligados a perder varias horas para limpiar la excavación al día siguiente.
Aunque los trabajos los iniciamos con un equipo de dos arqueólogos, nos vimos precisados a aumentar hasta llegar a nueve. Estuvieron brevemente, por cuestiones de trabajo, los arqueólogos Lourdes Hernández, José Luis Reyes y Adrián Salinas. El equipo que realizó la mayoría de excavaciones fue formado por Rodolfo Parra, Paulina Arellano, Alfredo Santana, Anaí López, Andrés López de Nava, Luz del Carmen Gutiérrez, Saraí Barreiro, Ananta Mazadiego y Alfredo Delgado. Cabe mencionar que en todo momento recibimos el apoyo de los ingenieros Luis Javier González, Sergio Ramírez y José Martínez, de COTUCO y CTC, para desarrollar este rescate arqueológico.
Resultados preliminares.
El 22 de diciembre de 2007 concluyeron las excavaciones en el Dique Seco. Se realizaron varias decenas de pozos y se obtuvieron varias toneladas de tepalcates que esperan su análisis. Hay decenas de figurillas zoomorfas y antropomorfas, algunas completas y otras rotas. También se encontraron varias vasijas completas y semicompletas que esperan ser restauradas. Tenemos una amplia muestra de carbón y materia orgánica para fechamiento por carbono 14. También contamos con muestras para análisis químicos, de polen y flotación. Hay huesos de diferentes animales y restos vegetales aún por identificar. Tenemos también una amplia muestra de artefactos líticos y excavamos una serie de elementos sumamente interesantes. Para desencanto de muchos, no encontramos una sola moneda de oro, y sólo hubo algunos tiestos coloniales en superficie.
A reserva de los resultados del análisis, las excavaciones parecen confirmar que se trata de un activo puerto costero que funcionó ininterrumpidamente durante unos 1,400 años, por lo menos, ya que carecemos de datos correspondientes al periodo que va del 1,200 d.C. a la Conquista, por haber sido removidos los primeros cuatro metros de superficie. La pérdida de la información sobre los últimos tres siglos del sitio es irreversible, pues además el lugar mostraba alteraciones anteriores a la construcción del dique seco, ya que en ese lugar se asentó hace algunas décadas un caserío y luego se construyeron algunas instalaciones industriales que implicaron rebajar partes altas y rellenar hondonadas.
Planteamos una ocupación ininterrumpida del sitio por ser evidentes procesos de largo plazo presentes en todos los niveles excavados, pero será el análisis cerámico el que confirme o deseche esta hipótesis. Nos inquieta particularmente que en los niveles más profundos aparezcan revueltos tiestos del formativo tardío, algunos típicamente olmecas, y del clásico temprano o medio. Eso podría implicar simplemente que hubo periodos de intensas lluvias y vientos que revolvieron estas capas, pero también podría suceder que estemos ante un periodo de transición de los últimos olmecas que se están transformando en otro tipo de sociedad. Si es correcta la posición de algunos lingüistas, que postulan que los grupos zoque, mixe y popolucas descienden de los olmecas (Morales, 1971), entonces posiblemente estaríamos documentando esa transformación. De ser así, quizá estaríamos en posición de definir arqueológicamente a los popolucas, el grupo indígena más representativo de la región, de cuyo pasado prehispánico ignoramos todo.
Para leer los demás hallazgos y las conclusiones, muy interesantes pues hablan del original pueblo de Coatzacoalcos, vean la nota original:
http://www.diariodelistmo.com.mx/istmo_nivel3.php?id_noticia=85382
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Esa noticia se dió el 19 de octubre de 2007.
La siguiente es la historia completa...
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Coatzacoalcos, un nuevo puerto arqueológico
EL TÚNEL SUMERGIDO DE COATZACOALCOS
El hallazgo se encuentra entre la congregación de Allende y la Laguna de Pajaritos, donde construirán el dique seco del Túnel que unirá al Puerto con la Villa.
12 de enero de 2008.
El pasado 4 de octubre la Compañía Constructora Túnel de Coatzacoalcos suspendió provisionalmente los trabajos de construcción del Dique Seco debido al hallazgo de elementos arqueológicos durante las excavaciones. Esta actitud es poco frecuente en las compañías constructoras. Normalmente cuando se encuentra algún objeto arqueológico o se afecta un sitio prehispánico las compañías tratan de ocultar la información o sobornar al arqueólogo que hace el peritaje para no pagar el rescate y proseguir las obras. Afortunadamente no fue el caso del Túnel Sumergido, pues tanto la Concesionaria como la Compañía Constructora notificaron de inmediato al Centro INAH Veracruz para que determinara lo conducente.
Para evaluar la importancia del hallazgo fui comisionado el día 12 de octubre por el entonces director del Centro INAH, Antropólogo Jacinto Chacha Antele. La obra se localiza entre la congregación de Allende y la Laguna de Pajaritos, frente a la ciudad de Coatzacoalcos, a la orilla del río. En este lugar se proyecta construir las secciones del túnel sumergido que cruzará el río Coatzacoalcos. La obra del dique seco es impresionante. Mide 451 metros de largo por 262 de ancho y se planea alcanzar los 14 m de profundidad. Para construir el dique se requiere movilizar un millón doscientos mil metros cúbicos de tierra.
La supervisión arqueológica en cuestión se realizó cuando ya se había excavado la primera capa de 4 metros en todo el dique y se estaban rebajando 4 metros más; es decir, casi la mitad del dique tenía unos 8 m de profundidad. La afectación del sitio ya era irreversible, por lo que no había posibilidad de suspender la obra o cambiarla de lugar. Además, tanto la Concesionaria como la Constructora estaban con el tiempo encima para entregar el Túnel Sumergido en los tiempos establecidos, pues de lo contrario se podría cancelar esta importante obra que facilitará la comunicación y el desarrollo regional. Ante los hechos consumados se propuso un rescate arqueológico con el fin de recuperar la mayor cantidad posible de información de este nuevo sitio hasta entonces desconocido para la arqueología.
LA DIVERSIDAD ARQUEOLÓGICA
A pesar de las afectaciones tan graves, ciertas áreas del dique resaltaban por la cantidad y diversidad de material arqueológico expuesto entre la arena removida. Por todos lados eran visibles toneladas de tiestos con una gran variedad de tipos cerámicos, formas, tamaños, decoración, temporalidad y origen. Había cerámica local, de la sierra de Soteapan y de los Tuxtlas; había restos de vasijas mayas, teotihuacanas, totonacas y de la cultura Remojadas. Encontramos tipos cerámicos del preclásico tardío, de todo el periodo clásico y del postclásico temprano. Aunque buscamos tiestos de los periodos de la Conquista y de la Colonia no fue posible encontrarlos pues, como comentamos líneas atrás, los primeros 4 metros de suelo ya habían desaparecido.
A la riqueza cerámica se sumaba la diversidad de materiales arqueológicos. Entre la arena removida había toneladas de conchas marinas, de almeja y de ostión; huesos de grandes pescados y de manatí; miles de contrapesos de redes de pescar; grandes cantidades de chapopote arqueológico; figurillas de barro; restos de molienda; artefactos de obsidiana y lascas de piedra verde, probablemente serpentinita.
En suma, nos encontrábamos ante lo que probablemente fue un floreciente y activo puerto costero que funcionó durante varios cientos de años. La primera hipótesis en que pensamos fue que este puerto debió funcionar como un centro de enlace entre la gran Ciudad Estado de Teotihuacan y el imperio maya. Pero varias preguntas nos inquietaban. ¿A que cultura pertenecieron sus habitantes? ¿Fue una comunidad multiétnica? ¿Tuvo una ocupación continua desde al preclásico tardío hasta el postclásico temprano (entre el 200 a.C. y el 1,200 d.C.), o fue ocupada por periodos intermitentes? ¿Fue el principal puerto costero de esta zona del Golfo o hubo otros más que sirvieran como escalas en el comercio prehispánico entre la Península y el Altiplano?
Aunque las expectativas de una investigación arqueológica eran altas, surgían muchas dudas ¿Qué tanto del sitio aún se encontraba sin alterar? ¿Encontraríamos elementos in situ? ¿Lograríamos completar alguna columna estratigráfica que nos permitiera un fechamiento arqueológico completo del sitio? La opinión de varios ingenieros y personas originarias de Allende también generaba incertidumbre, pues afirmaban que la parte donde se construía el dique fue rellenada años atrás con material procedente del dragado del río. Todas esas dudas sólo serían contestadas total o parcialmente a través de excavaciones arqueológicas controladas.
Para complicar la situación, la imaginación popular desbordada hacía correr la versión de que se habían encontrado 500 monedas de oro y se rumoraba que a la orilla del médano un maquinista había encontrado un fabuloso tesoro. Finalmente estos cuentos fantásticos sólo fueron sueños de opio, de esos que parodiaba Chava Flores en sus canciones.
La investigación
Luego de firmado el convenio respectivo con el INAH, los ingenieros Rubén Sánchez Campodónico y Javier Pérez Antares proporcionaron todos los recursos y apoyos para que un equipo de arqueólogos iniciara las excavaciones en algunas áreas del dique seco. Los trabajos en campo iniciaron el 22 de octubre de 2007. La prioridad fue ubicar áreas donde aún hubiera material arqueológico in situ y determinar la extensión del material de dragado depositado en la zona. Afortunadamente ambas metas se lograron. A pesar de faltar los primeros 4 metros de suelo, localizamos 4 áreas con material arqueológico no removido que abarcaba cerca de un 30 % del dique y cuya profundidad restante variaba entre uno y tres metros. También se logró definir que por lo menos una franja de 50 metros, cercana a la actual orilla del río, forma parte de un relleno antiguo depositado por la draga. En esa capa, claramente distinta del resto de las capas geológicas del sitio, abunda tanto el material arqueológico como contemporáneo. Luego de realizar algunos sondeos en esta zona preferimos concentrarnos en las áreas con material in situ.
Los pozos se fueron excavando de manera sistemática a fin de ir liberando determinadas zonas necesarias para que la maquinaria pudiera ir avanzando en la construcción del dique. En tres zonas (A, C y D) se hicieron pozos de sondeo de 2 por 2 metros, los cuales se podían ampliar de acuerdo a los elementos y al contexto encontrado. Las excavaciones se hicieron por niveles de 10 centímetros hasta encontrar las capas arqueológicamente estériles. En la última sección (E), cercana al médano que circunda la obra, hicimos excavaciones extensivas, en virtud de la cantidad de elementos que encontramos.
Debido a las lluvias intensas de la temporada y a la alta humedad del lugar, en principio fue difícil definir las capas estratigráficas, por lo que sólo llevamos el control por niveles. La mayor parte de los pozos se hicieron sobre distintas capas de arena de diferente compactación y color, a veces revuelta con arcilla y a veces pura, mismas que sólo pudieron definirse hasta que la humedad descendió. Un zona bien delimitada correspondió a una laguna de manglar, cuyo fondo estaba formado por una capa de arcilla chiclosa oscura, cuya área central careció de materiales arqueológicos. Cuando los pozos rebasaban una profundidad de 1.20 m se hacían ampliaciones a los lados para evitar derrumbes. No obstante, normalmente las lluvias nocturnas colapsaban las paredes de los pozos, viéndonos obligados a perder varias horas para limpiar la excavación al día siguiente.
Aunque los trabajos los iniciamos con un equipo de dos arqueólogos, nos vimos precisados a aumentar hasta llegar a nueve. Estuvieron brevemente, por cuestiones de trabajo, los arqueólogos Lourdes Hernández, José Luis Reyes y Adrián Salinas. El equipo que realizó la mayoría de excavaciones fue formado por Rodolfo Parra, Paulina Arellano, Alfredo Santana, Anaí López, Andrés López de Nava, Luz del Carmen Gutiérrez, Saraí Barreiro, Ananta Mazadiego y Alfredo Delgado. Cabe mencionar que en todo momento recibimos el apoyo de los ingenieros Luis Javier González, Sergio Ramírez y José Martínez, de COTUCO y CTC, para desarrollar este rescate arqueológico.
Resultados preliminares.
El 22 de diciembre de 2007 concluyeron las excavaciones en el Dique Seco. Se realizaron varias decenas de pozos y se obtuvieron varias toneladas de tepalcates que esperan su análisis. Hay decenas de figurillas zoomorfas y antropomorfas, algunas completas y otras rotas. También se encontraron varias vasijas completas y semicompletas que esperan ser restauradas. Tenemos una amplia muestra de carbón y materia orgánica para fechamiento por carbono 14. También contamos con muestras para análisis químicos, de polen y flotación. Hay huesos de diferentes animales y restos vegetales aún por identificar. Tenemos también una amplia muestra de artefactos líticos y excavamos una serie de elementos sumamente interesantes. Para desencanto de muchos, no encontramos una sola moneda de oro, y sólo hubo algunos tiestos coloniales en superficie.
A reserva de los resultados del análisis, las excavaciones parecen confirmar que se trata de un activo puerto costero que funcionó ininterrumpidamente durante unos 1,400 años, por lo menos, ya que carecemos de datos correspondientes al periodo que va del 1,200 d.C. a la Conquista, por haber sido removidos los primeros cuatro metros de superficie. La pérdida de la información sobre los últimos tres siglos del sitio es irreversible, pues además el lugar mostraba alteraciones anteriores a la construcción del dique seco, ya que en ese lugar se asentó hace algunas décadas un caserío y luego se construyeron algunas instalaciones industriales que implicaron rebajar partes altas y rellenar hondonadas.
Planteamos una ocupación ininterrumpida del sitio por ser evidentes procesos de largo plazo presentes en todos los niveles excavados, pero será el análisis cerámico el que confirme o deseche esta hipótesis. Nos inquieta particularmente que en los niveles más profundos aparezcan revueltos tiestos del formativo tardío, algunos típicamente olmecas, y del clásico temprano o medio. Eso podría implicar simplemente que hubo periodos de intensas lluvias y vientos que revolvieron estas capas, pero también podría suceder que estemos ante un periodo de transición de los últimos olmecas que se están transformando en otro tipo de sociedad. Si es correcta la posición de algunos lingüistas, que postulan que los grupos zoque, mixe y popolucas descienden de los olmecas (Morales, 1971), entonces posiblemente estaríamos documentando esa transformación. De ser así, quizá estaríamos en posición de definir arqueológicamente a los popolucas, el grupo indígena más representativo de la región, de cuyo pasado prehispánico ignoramos todo.
Para leer los demás hallazgos y las conclusiones, muy interesantes pues hablan del original pueblo de Coatzacoalcos, vean la nota original:
http://www.diariodelistmo.com.mx/istmo_nivel3.php?id_noticia=85382
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- prospexicanGran Experto del Foro
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Re: HALLAZGO CERCA DEL RIO COATZACOALCOS
Mar 10 Sep 2013, 7:53 pm
interesantisimo, y donde tirarian los primeros 4 metros k se removieron?
_________________
Cuando no se usa un buen detector ocurre esto, puedes rascar metros y metros sin conseguir nada! lo mismo puede pasar cuando se usa un buen detector con un detectorista inexperto.
y cuando se usa una pesrona k se hace llamar medium sin serlo, hay mas riego de perder la vida que jugando a la ruleta rusa y de paso no encontrar nada. si son tan mediums por k no sacan sus propios tesoros y nos dejan sacar los nuestros?
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