- Pedro CantúAdmin
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El Marqués de Aguayo y el tesoro perdido (SLP.Coah.Zacs)
Vie 12 Abr 2013, 11:57 am
.
Dice una
leyenda que “el marqués de Aguayo”, amo y señor de el Real de Mazapil,
era un hombre temido tanto por sus amigos como por sus enemigos, pues
tenía fama de ser un hombre de horca y cuchillo, cruel y despiadado con
sus enemigos, pero también benévolo y tolerante con quienes le servían
de manera leal. Aquel
hombre tan temido por todo el mundo tenía una debilidad muy grande por
su esposa, a quien amaba e idolatraba –no había deseo que tuviera y que
no le cumpliera–. Pero no todo era miel: esa gran devoción que sentía
por su bella esposa estaba acompañada por unos celos inmensos que lo
hacían dudar del amor de ella, así que encargó a uno de sus mozos más
fieles la tarea de seguirla y espiarla para ver si se encontraba con
alguien durante las largas ausencias que tenía, debido a lo extenso de
sus dominios. Así pues, “el marqués” se retiró confiado de que a su
regreso tendría un extenso reporte de lo que hacía su bella esposa.
Cuál sería
su sorpresa al volver, las noticias no podían ser más devastadoras: su
esposa lo engañaba con uno de los mozos de la hacienda; aprovechando la
ausencia de su marido, ella le permitía a ese mozo la entrada a sus
habitaciones por las noches y salía poco antes de despuntar el alba. “El
marqués” no cabía en sí del asombro que tal noticia le causara; su
honor había sido mancillado por la persona que más amaba, montó en
cólera y su primera intención fue matarla en ese mismo instante. Pero se
contuvo. No convenía poner su honor por los suelos a causa de una mala
mujer, no iría a la cárcel y tribunales a ventilar las razones de su
acción, así que lo pensó mejor.
Pronto sería
el cumpleaños de su mujer y ésa sería la mejor oportunidad para matarla
sin pagar por su crimen, y sin que su honor sufriera mella, así que
puso en acción su plan: haría dos fiestas simultáneas, una en la
hacienda de Los Patos (hoy Presidencia Municipal de General Cepeda,
Coah.) de la cual era dueño y en la que estaría el, y otra en el Real de
Mazapil en la que estaría su esposa. Así que puso manos a la obra y
pensó: “Si algo sale mal tendré que protegerme”. Entonces empezó a
trasladar su dinero y joyas, así como el oro que tenía, a la hacienda de
Bonanza. Lo llevó a través de túneles que tiempo atrás había mandado
construir, y que comunicaban de Mazapil hasta la hacienda de Los Patos y
otras haciendas, túneles que poca gente conocía, salvo algunos mozos y
jinetes que transportaban el oro por abajo para evitar asaltos por
cuenta de las gavillas que asolaban la región.
Así pues, trasladando y enterrando su tesoro en Bonanza, para lo que pudiera salir mal, tenía su plan asegurado. Sin
embargo, existía un problema: ¿cómo le haría para estar en la hacienda
de Los Patos y en Mazapil el mismo día si era una distancia enorme? Aún a
través del túnel y un caballo no era suficiente, así que lo estuvo
pensando hasta dar con la solución: llegado el día pondría a varios
mozos con caballos frescos en tramos razonables para, a mancacaballo,
llegar y regresar lo más rápido posible sin que se notara su ausencia.
Teóricamente,
solucionado el inconveniente, llegó el día de la fiesta, así que a
festejar, cada quien por su lado. En Los Patos estuvo con sus amigos
brindando por su bella esposa. En un momento determinado solicitó
permiso a los asistentes para retirarse a sus habitaciones, pues dijo
sentirse mal. No se retiró sin antes dejar órdenes de servir más vino y
comida, así como a los músicos que siguieran tocando alegremente, ya que
la fiesta duraría días, como se acostumbraba en aquellos tiempos. Al
retirarse, “el marqués” entró de inmediato al túnel, donde ya lo
esperaba un mozo con su caballo, y a todo galope partió hacia Mazapil,
llegando en un tiempo récord.
Al llegar,
se dirigió a su habitación, en la cual había una entrada secreta para
que no se dieran cuenta de su presencia. Fue suerte o el destino, pero
ahí se encontraba su bellísima esposa, a quien abrazó y felicitó con un
beso. Ella feliz de que “el marqués” estuviera en su festejo, le pidió
bajar juntos a la fiesta. Él aceptó, pero pidió hablarle al mozo (el
supuesto amante de su mujer) para darle ciertas instrucciones y que
fuera una sorpresa para los asistentes.
Llegó el
mozo y “el marqués” le dio indicaciones de que fuera al túnel donde otro
compañero esta y allí lo esperaran; también le hizo jurar que no diría a
nadie que estaba en Mazapil, pues quería que su presencia fuera una
sorpresa. Acto seguido, le pidió a su esposa que brindaran juntos por su
felicidad. Así lo hicieron, bebiendo ella de una copa envenenada que le
causó la muerte inmediata.
Una vez
cometido el crimen, “el marqués” se dirigió al túnel, donde ya lo
esperaban los mozos (el de la ofensa y el de los caballos), así que
llegando lo primero que hizo fue matar a ambos mozos y de inmediato
emprender el regreso a la hacienda de Los Patos. Adentro del túnel
también asesinó a todos los mozos y caballos que le habían servido para
cometer su crimen. Reapareció en la fiesta, sin que nadie sospechara
nada y todo siguió muy normal. De tal modo, “el marqués de Aguayo”
eludió la justicia.
Añade la
leyenda que tiempo después de su artero crimen, “el marqués” se enteró
de que su esposa no le había sido infiel con aquel mozo ni con nadie, y
que todo había sido una calumnia urdida por un mal amigo, debido a la
envidia y celos por la predilección que ella tenía para con “el
marqués”. Se cuenta que a partir de ese momento comenzó a perder la
razón, lamentándose por haber cometido aquella atrocidad, en la mujer
que era todo para él, y en los inocentes que murieron sin saber por qué.
Algunos dicen que “el marqués” murió en una cueva como un ermitaño y
totalmente loco, otros que en un convento en una sierra de Sonora, otros
en Chihuahua y algunos dicen que en Torreón. Sea cual fuere, el caso es
que, según la leyenda, murió solo y abandonado.
¿Y el tesoro? Ah,
de aquel fabuloso tesoro poco a poco fue enterrando en la hacienda de
Bonanza nunca se supo si lo encontraron o no. Lo que sí se sabe es que
mucha gente lo ha buscado, destruyendo casi en su totalidad lo que fuera
una hermosa hacienda en busca de dinero fácil, pero no lo han logrado.
Aún en la actualidad hay quien se aventura a probar suerte, sin
resultado. Ojalá que algún día alguien lo encuentre.
Lo que sí:
triste final para un hombre de tal poderío que lo tuvo todo y murió sin
nada. ¿Se lo merecía? ¿Justicia Divina? ¿Ustedes qué opinan?
Notas:
1. Esta leyenda fue escrita y enviada por Eliseo Pérez Reyes, “Lichos” a otro de mis blogs en Xpresandote.com
2. A Francisco
de Urdiñola se le atribuye el título de marqués de Aguayo, sin que sea
correcto, pues históricamente se sabe que dicho título se le otorgó a
uno de sus nietos.
3. Existen
muchas leyendas en torno a este caso de asesinato, leyendas que
históricamente pueden ser rebatibles, pues la historia explica la vida y
obra de Francisco de Urdiñola, además de cómo murió su esposa.
http://adameleyendas.wordpress.com/2010/12/10/mitos-y-leyendas-de-zacatecas-y-de-coahuila-el-%E2%80%9Cmarques-de-aguayo%E2%80%9D-y-el-tesoro-perdido/
.
LEYENDA DEL “MARQUÉS DE AGUAYO” Y EL TESORO PERDIDO
(Leyenda de Coahuila y de Zacatecas)
(Leyenda de Coahuila y de Zacatecas)
Dice una
leyenda que “el marqués de Aguayo”, amo y señor de el Real de Mazapil,
era un hombre temido tanto por sus amigos como por sus enemigos, pues
tenía fama de ser un hombre de horca y cuchillo, cruel y despiadado con
sus enemigos, pero también benévolo y tolerante con quienes le servían
de manera leal. Aquel
hombre tan temido por todo el mundo tenía una debilidad muy grande por
su esposa, a quien amaba e idolatraba –no había deseo que tuviera y que
no le cumpliera–. Pero no todo era miel: esa gran devoción que sentía
por su bella esposa estaba acompañada por unos celos inmensos que lo
hacían dudar del amor de ella, así que encargó a uno de sus mozos más
fieles la tarea de seguirla y espiarla para ver si se encontraba con
alguien durante las largas ausencias que tenía, debido a lo extenso de
sus dominios. Así pues, “el marqués” se retiró confiado de que a su
regreso tendría un extenso reporte de lo que hacía su bella esposa.
Cuál sería
su sorpresa al volver, las noticias no podían ser más devastadoras: su
esposa lo engañaba con uno de los mozos de la hacienda; aprovechando la
ausencia de su marido, ella le permitía a ese mozo la entrada a sus
habitaciones por las noches y salía poco antes de despuntar el alba. “El
marqués” no cabía en sí del asombro que tal noticia le causara; su
honor había sido mancillado por la persona que más amaba, montó en
cólera y su primera intención fue matarla en ese mismo instante. Pero se
contuvo. No convenía poner su honor por los suelos a causa de una mala
mujer, no iría a la cárcel y tribunales a ventilar las razones de su
acción, así que lo pensó mejor.
Pronto sería
el cumpleaños de su mujer y ésa sería la mejor oportunidad para matarla
sin pagar por su crimen, y sin que su honor sufriera mella, así que
puso en acción su plan: haría dos fiestas simultáneas, una en la
hacienda de Los Patos (hoy Presidencia Municipal de General Cepeda,
Coah.) de la cual era dueño y en la que estaría el, y otra en el Real de
Mazapil en la que estaría su esposa. Así que puso manos a la obra y
pensó: “Si algo sale mal tendré que protegerme”. Entonces empezó a
trasladar su dinero y joyas, así como el oro que tenía, a la hacienda de
Bonanza. Lo llevó a través de túneles que tiempo atrás había mandado
construir, y que comunicaban de Mazapil hasta la hacienda de Los Patos y
otras haciendas, túneles que poca gente conocía, salvo algunos mozos y
jinetes que transportaban el oro por abajo para evitar asaltos por
cuenta de las gavillas que asolaban la región.
Así pues, trasladando y enterrando su tesoro en Bonanza, para lo que pudiera salir mal, tenía su plan asegurado. Sin
embargo, existía un problema: ¿cómo le haría para estar en la hacienda
de Los Patos y en Mazapil el mismo día si era una distancia enorme? Aún a
través del túnel y un caballo no era suficiente, así que lo estuvo
pensando hasta dar con la solución: llegado el día pondría a varios
mozos con caballos frescos en tramos razonables para, a mancacaballo,
llegar y regresar lo más rápido posible sin que se notara su ausencia.
Teóricamente,
solucionado el inconveniente, llegó el día de la fiesta, así que a
festejar, cada quien por su lado. En Los Patos estuvo con sus amigos
brindando por su bella esposa. En un momento determinado solicitó
permiso a los asistentes para retirarse a sus habitaciones, pues dijo
sentirse mal. No se retiró sin antes dejar órdenes de servir más vino y
comida, así como a los músicos que siguieran tocando alegremente, ya que
la fiesta duraría días, como se acostumbraba en aquellos tiempos. Al
retirarse, “el marqués” entró de inmediato al túnel, donde ya lo
esperaba un mozo con su caballo, y a todo galope partió hacia Mazapil,
llegando en un tiempo récord.
Al llegar,
se dirigió a su habitación, en la cual había una entrada secreta para
que no se dieran cuenta de su presencia. Fue suerte o el destino, pero
ahí se encontraba su bellísima esposa, a quien abrazó y felicitó con un
beso. Ella feliz de que “el marqués” estuviera en su festejo, le pidió
bajar juntos a la fiesta. Él aceptó, pero pidió hablarle al mozo (el
supuesto amante de su mujer) para darle ciertas instrucciones y que
fuera una sorpresa para los asistentes.
Llegó el
mozo y “el marqués” le dio indicaciones de que fuera al túnel donde otro
compañero esta y allí lo esperaran; también le hizo jurar que no diría a
nadie que estaba en Mazapil, pues quería que su presencia fuera una
sorpresa. Acto seguido, le pidió a su esposa que brindaran juntos por su
felicidad. Así lo hicieron, bebiendo ella de una copa envenenada que le
causó la muerte inmediata.
Una vez
cometido el crimen, “el marqués” se dirigió al túnel, donde ya lo
esperaban los mozos (el de la ofensa y el de los caballos), así que
llegando lo primero que hizo fue matar a ambos mozos y de inmediato
emprender el regreso a la hacienda de Los Patos. Adentro del túnel
también asesinó a todos los mozos y caballos que le habían servido para
cometer su crimen. Reapareció en la fiesta, sin que nadie sospechara
nada y todo siguió muy normal. De tal modo, “el marqués de Aguayo”
eludió la justicia.
Añade la
leyenda que tiempo después de su artero crimen, “el marqués” se enteró
de que su esposa no le había sido infiel con aquel mozo ni con nadie, y
que todo había sido una calumnia urdida por un mal amigo, debido a la
envidia y celos por la predilección que ella tenía para con “el
marqués”. Se cuenta que a partir de ese momento comenzó a perder la
razón, lamentándose por haber cometido aquella atrocidad, en la mujer
que era todo para él, y en los inocentes que murieron sin saber por qué.
Algunos dicen que “el marqués” murió en una cueva como un ermitaño y
totalmente loco, otros que en un convento en una sierra de Sonora, otros
en Chihuahua y algunos dicen que en Torreón. Sea cual fuere, el caso es
que, según la leyenda, murió solo y abandonado.
¿Y el tesoro? Ah,
de aquel fabuloso tesoro poco a poco fue enterrando en la hacienda de
Bonanza nunca se supo si lo encontraron o no. Lo que sí se sabe es que
mucha gente lo ha buscado, destruyendo casi en su totalidad lo que fuera
una hermosa hacienda en busca de dinero fácil, pero no lo han logrado.
Aún en la actualidad hay quien se aventura a probar suerte, sin
resultado. Ojalá que algún día alguien lo encuentre.
Lo que sí:
triste final para un hombre de tal poderío que lo tuvo todo y murió sin
nada. ¿Se lo merecía? ¿Justicia Divina? ¿Ustedes qué opinan?
- – - – - -
Notas:
1. Esta leyenda fue escrita y enviada por Eliseo Pérez Reyes, “Lichos” a otro de mis blogs en Xpresandote.com
2. A Francisco
de Urdiñola se le atribuye el título de marqués de Aguayo, sin que sea
correcto, pues históricamente se sabe que dicho título se le otorgó a
uno de sus nietos.
3. Existen
muchas leyendas en torno a este caso de asesinato, leyendas que
históricamente pueden ser rebatibles, pues la historia explica la vida y
obra de Francisco de Urdiñola, además de cómo murió su esposa.
http://adameleyendas.wordpress.com/2010/12/10/mitos-y-leyendas-de-zacatecas-y-de-coahuila-el-%E2%80%9Cmarques-de-aguayo%E2%80%9D-y-el-tesoro-perdido/
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- widomanExperto del Foro
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Localización : Chihuahua
Fecha de inscripción : 16/07/2012
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Re: El Marqués de Aguayo y el tesoro perdido (SLP.Coah.Zacs)
Mar 07 Mayo 2013, 9:02 pm
Esta buena la historia para aquellos buscadores que tenga la oportunidad de visitar esos lugares.
Buen derrotero del cual vale la pena investigar mas
Buen derrotero del cual vale la pena investigar mas
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